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miércoles, 29 de mayo de 2019


Los estadistas no están obligados a saber de lo que hablan o...
la Revolución Energética de Pacheco

Pacheco vino a Osorno. Lo trajo la Universidad de Los Lagos prestándose para una incipiente campaña presidencial. ¿Qué dijo? Habló de su Revolución Energética. Veamos si es tal. La matriz energética primaria se mantiene sin cambios, desde hace casi décadas pese a que el mundo desarrollado ha cambiado significativamente. Sin cambios quiere decir que las renovables tienen una escasa participación de menos del 8% en el total del consumo energético y en la matriz eléctrica no supera el 17%. De los grandes proyectos solares, casi todos arrimados a la dispendiosa  industria minera, menos de una mitad se hicieron de los que fueron anunciados. Buen número de ellos “enfrentaron serias dificultades financieras”como decía la prensa especializada respecto de proyectos de renovables frustrados. Chile mantiene su dependencia de combustibles fósiles y su matriz eléctrica es fundamentalmente carbón (40% del total) socavando promesas de matriz limpia firmados en París y otras conferencias. Historias de autogol como el de los medidores. Las energías renovables para la gente se postergan. No se sabe para cuándo, pero con la miopía de responsables nacionales y bien amarrada reglamentación por parte de las empresas eléctricas no será pronto. Siguen siendo caras e inaccesibles para la mayoría. Pacheco (ni su revolución) habló de leña en Osorno pues la verdad es que no tiene idea. O casi. Dijo que debía ser ley…menudo y sesudo aporte! La leña sigue estando omnipresente en la matriz energética del sector residencial del Chile Centro-Sur  acaparando más del 72% del presupuesto familiar desde las VI hasta la XI región. Para un candidato a lo que sea de la elite, no hablar de leña, no dar señales de opciones respecto de cómo se calefaccionarán las familias del centro – sur de Chile es inadmisible y peor aún si ha sido Ministro de Energía ¿Las tarifas eléctricas? Pese a sus promesas de bajarlas, subieron por lo menos entre un 10 y 15%! Las del gas también. Su débil investigación respecto de las rentabilidades de las gaseras, monopólicas o casi totalmente integradas - industria del gas licuado y gas natural casi los mismos dueños- siguen superando márgenes establecidos por Ley. Demás está decir que la ENAP (virtualmente quebrada por 2ª o 3ª vez en igual número de décadas) que nos hereda junto a Tokman, tampoco estará en las opciones de futuro. ¿Innovación y cambio tecnológico de esta Revolución? Cero o casi. Chile importa hasta los tornillos de las eólicas y fotovoltaicas. El casi, sorprendentemente, es por el dificultoso esfuerzo que constato en relación a la biomasa en el sur (leña). Par de ejemplo de ellos: http://nouvachile.cl/#videos, www.energiainteligente.cl e www.iLeniaSoft.cl. Ni las eléctricas, ni las gaseras tienen absolutamente ningún interés en innovar ni en promover el cambio tecnológico dada la elevada rentabilidad de la cual siguen gozando y en constante aumento. Lo más grave es que la revolución de Pacheco, aplaudida por casi todos los sectores políticos, incluyendo ambientalistas y por un Al Gore completamente desinformado del precario panorama energético chileno, olvida lo esencial: la urgente necesidad de redefinir una estrategia energética que concilie los desafíos de desarrollo y crecimiento con aquellos que derivan del cambio climático y con respuestas posibles de asumir por pymes y consumidores nacionales. No es el caso.También obliga a asumir los desafíos locales de contaminación del aire y territorios con soluciones verdaderas, al alcance de la gente y no aquellas que él prometía hace algunos años atrás con el gas natural proveniente del fracking, tecnología prohibida en la gran mayoría de países de la OCDE por contaminante y aceleradora de gases de efecto invernadero. Olvida también esta sui generis revolución que las estrategias energéticas se establecen en función de modelos de desarrollo específicos y no pueden ser copia automática de fórmulas de países del hemisferio norte ni de intereses de corto plazo, ni menos de las rentabilidades de las grandes empresas. Peor aún, es inconcebible a estas alturas no asumir la envergadura de los desafíos asociados al cambio climático en un país altamente vulnerable y que debiesen reflejarse en propuestas veraces, auditables, viables y de corto, mediano y largo plazo, con compromisos y responsabilidades cobrables, por nuestra generación o las que vienen. Acá hay pobreza energética y en serio. Acá se requieren soluciones propias a nuestra disponibilidad de recursos naturales y habilidades. Después de leer a Pacheco me he quedado convencido que, como en este y otros muchos casos, no se le puede pedir al estadista ni menos a un potencial candidato que sepa de lo que hablan pero que te vengan a contar historias a tu propia casa es demasiado.
Osorno, abril del 2019

miércoles, 25 de marzo de 2015

Centro de Secado de Leña de Alta Eficiencia con Energía Solar (CAS).

Terminamos de construir y estamos operando nuestro secador situado a 18 km de Osorno, ruta internacional a Puyehue.

Destaco dos de las mayores virtudes de nuestro secador:

1) secado con energía solar (techo negro): tecnología desarrollada y patentada; la más de las eficientes y competitivas tecnologías de secado en el mundo acorde a estudios que realizamos en conjunto con e4Tech (Lausanne y Londres); y,

2) trazabilidad total: nuestra leña, iLenia, marca registrada, es vendida con un certificado extendido por nuestro propio laboratorio entregando datos respecto: poder calorífico, contenido de humedad, calibre, especie, origen, factura, guía (éstos si son requeridos). Los datos son entregados según sea l requirente: cliente o fiscalizador. Tal certificado será certificado a su vez por O'Ryan Surveyor, http://www.oryansurveyors.com/ el mayor y más prestigiado certificador de biomasa procesada y exportada desde Chile.

Tales virtudes hacen de iLenia un producto (palet o saco) sin rivales en el mercado de la leña seca en la X Región de Los Lagos. La trazabilidad total soluciona el principal problema no resuelto aún por la política pública respecto de la fiscalización del contenido de humedad efectivo de la leña transada.

Los datos podrán ser verificados y obtenidos desde nuestra página web (en construcción) www.energiainteligente.cl


Algunas fotos:
 cancha de acopio

 + de 500 m3 de nitens

 sacos de 25 kg

tolvas y patio de descarga

entrada

secador en operaciones

palets de 1,8 m3 dispuestos en túnel de viento

 palets asegurados a andamios

túnel de viento
 
 
 

lunes, 2 de febrero de 2015


Nuclear?...no merci!

 (artículo escrito pocos meses después del grave accidente de Fukushima)

Y en francés, porque el lobby de ese origen sumado a nativos sedientos de “pequeñas ganancias” por los negocios asociados ha sido intenso aquí y en París en estos últimos meses (2010). Pero la lista de un no rotundo a la opción nuclear debería ser en ruso, en finés, en inglés. Y, hoy, deberíamos decirlo, con preocupación y tristeza, en japonés.

Los argumentos para un no rotundo a la opción nuclear en Chile eran y son numerosos, contundentes, expresivos y convincentes. Un breve repaso de éstos debe señalar que: el tema de los residuos no está solucionado (ver: “Nos déchets nucléaires sont cachés en Sibérie – Nuestros residuos nucleares se esconden en Siberia; Laure Nouhalht; 12/10/2009, Libération); su costo económico y financiero la clasifica como la más cara de las opciones (el caso francés se debe a razones estratégicas a costos inconfensables e incalculables, tal y como el británico: 60.000 millones de libras esterlinas!!, el costo de manejo y almacenamiento de residuos nucleares no pasados a tarifas!; ver: House of Commons: Environmental Audit Committee; Six Report, 2006, citado por L. Valencia; Seminario Internacional. “Sin petróleo y sin gas pero con Ideas”, Universidad Austral de Chile, octubre del 2006); el desmantelamiento de plantas y confinamiento de residuos exige vigilar a perpetuidad (si…a perpetuidad!); termodinámicamente es mucho menos eficiente (32%) que una central a carbón (37%), menos que las de ciclo combinado (55%) y menos aún que la opción eólica (ver: “Four Nuclear Myths”; Amory B. Lovins, Director y Jefe Científico, Rocky Mountain Institute, 13 de octubre, 2009); cambiaríamos dependencia de hidrocarburos por dependencia del uranio (más escaso que el petróleo); se trata de una tecnología obsoleta a la que tendríamos acceso –restringido- y de costos crecientes (The New Economics Foundation: Mirage and Oasis. Energy choises in an age of global warming”, citado por Roberto Román, ¿Opción nuclear para Chile? U. de Chile, 2010). A ello puedo/debería sumar una larga lista de argumentos relacionados con el supuesto aporte para combatir el cambio climático (mientras no se le calcule la huella de carbono total y ecológica global!); es la menos democrática de las opciones energéticas, la carencia de mercados adaptados para dimensiones que requieren estas plantas, y hoy, se debe agregar lamentablemente, las consecuencias asociadas al riesgo de accidentes nucleares en un país como Japón, país sísmico como el nuestro.


Pero los argumentos no bastan. Parlamentarios (algunos más lobos que otros), dirigentes empresariales, ex funcionarios del Ministerio de Energía, empresas eléctricas, se empeñan en convencernos que esta es la opción para cubrir la creciente demanda de electricidad (voracidad de mineras e industria intensiva en energía), cuando la realidad es que esta mega opción calza y se identifica plenamente con los intereses de las grandes empresas eléctricas que con crisis o sin ella, con sismos o sin ellos, acumulan y acumulan (Endesa-Chile obtuvo beneficios netos de US$ 1.088 millones en 2010, emol, 27 de enero 2011), sin asumir los riesgos -de todo tipo- que éstas significan.

¿Cómo se explica que ante verdades tan evidentes de riesgos, costos económicos y financieros, dependencia y vulnerabilidad del país y de la matriz eléctrica, se siga pensando en ella? (Endesa to access AP1000 technology. Acuerdo con Westinghouse para la venta de reactores nucleares a Endesa; World Nuclear News, 9 de marzo, 2011).


La explicación reside en que las reglas del juego del mercado eléctrico chileno da para que cualquiera sea la megaopción lo tendrán a Ud., a las Pymes y al medio ambiente como cliente/rehén y que cualquiera sea el precio, lo tendremos que pagar. Pero en el caso nuclear lo pagarán nuestros hijos, nietos y varias generaciones más; salvo…salvo que se saquen las lecciones que corresponden de este nuevo “accidente” nuclear. Podrán desplegar todos los recursos del mundo (lo hacen), nucleares y eléctricas e incluso twittear que está todo “bajo control”, lo cierto es que por primera vez en la historia, un país como Japón con estrictas medidas de seguridad en la construcción y operación de plantas nucleares ha tenido que declarar alarma nuclear (La Tercera, 12 de marzo, 2011) y las consecuencias de la explosión de una de las plantas son incalculables (Reactor de Fukushima. “Se amplia a 20 km el radio de evacuación: Japón niega que exista peligro tras la explosión en la central de Fukushima”; europa.es; 12 de marzo, 2011). Ello permite afirmar sin ambigüedad alguna que los riesgos inherentes a este tipo de reactores estarán siempre presentes y que las medidas tomadas serán siempre claramente insuficientes.


Nuclear?, no gracias!  核?ないおかげで!

 

lunes, 15 de septiembre de 2014

Las fotos expuestas a continuación dan cuenta del primer secador de leña a energía solar cuya construcción hemos terminado a fines de agosto del 2014.

El diseño de la tecnología y modelo de negocios asociado es el resultado de la concurrencia de las competencias y experticia de: e4Tech (Lausanne y Londres), Ambiente Consultores (Santiago), JPC Ingeniería (Santiago) y SEI Ltda (Stgo).

El diseño estructural y de funcionamiento corresponde al resultado de estudios técnico-económicos que comparó esta alternativa, "toit noir" o techo negro, con otras 4 alternativas de secado identificadas a nivel mundial, resultando ésta la más competitiva. La tecnología del techo negro permite "ganar" entre un 25 y 30% de tiempo de secado respecto del secado natural, la segunda más competitiva.
 
La tecnología y el secador posee dos importantes particularidades: permite secar leña con energía solar directa y, la segunda, es que cada leño (palet, saco, etc.) es vendido con código de barras, es decir, se trata de un proceso con trazabilidad total de la producción.

Si la primera de las virtudes da cuenta de un proceso completamente limpio ó "0" emisión, la segunda de éstas permite una fiscalización total de la leña pues vía web podrá obtenerse por parte de quien desee y esté acreditado: contenido de humedad, poder calorífico, especie, origen, medida y precio. Todo ello garantizado con el control de calidad de nuestro propio laboratorio.
 
Las patentes y marcas son de propiedad de energiainteligente Ltda.
 
He aquí una muestra parcial de nuestro secador:
Doble "techo negro" y palets en proceso de secado

 
 Pasillo central del secador con ventiladores alimentados con energía desde paneles fotovoltaicos.

 Ventilador lateral que rompe la convección y permite hacer pasar el aire caliente a través de los palets en proceso

 
Panorámica de techos del secador
 
Secador lado este con doble techo y cara exterior del secador
Presecado y tolveras
 
Presecado y luna o luna y presecado?
 
 Estación meteorológica de la Planta las Lumas
 Oficina-casa Planta las Lumas
 
Panorámica secador
 
 Lado poniente, secador
 
E ntre techos: policarbonato alveolar y techo negro.
 Horno en laboratorio para control de humedad.
 
 
 
Techo exterior del secador policarbonato alveolar, planchas de 11,4 de largo * 2,4 de ancho, 82,7% de eficiencia.

 Botancantos sobre los policarbonatos
 


 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 

domingo, 22 de junio de 2014

Agenda Energía: Una mirada desde la vereda del frente.



A pocas semanas de la entrega de la Agenda Energía y del no rotundo a Hidroaysén, se delinean algunas condiciones que preocupan. Un par de ellas: el debate, si éste existe, sigue siendo eléctrico y no de energía y, dos, de no plantearse derechamente el cambio de reglas de los mercados energéticos los problemas continuarán y se agudizarán. Sin pretender responder o asumir uno y cada uno de los aspectos relevados u olvidados por la citada Agenda, queremos exponer nuestras ideas respecto de algunos de los problemas y desafíos energéticos actuales y futuros y de paso, opinar sobre dicha Agenda. En este conjunto de artículos abordamos: el rol de las energías limpias en una supuesta estrategia de desarrollo, el tema del acceso a la energía y en estricto rigor su creciente costo, la eficiencia energética mirada desde la economía política, y si “más energía” fuese la opción, de qué oferta se habla? y finalmente, una breve propuesta de desarrollo energético en donde ganen todos.

Parte 1: Energías renovables: ¿un tema de porcentajes o de estrategia desarrollo?
Los exitosos casos de países de la OCDE que en su gran mayoría han cambiado radicalmente la cara de su matriz energética –no sólo eléctrica- en menos de 20 años dan cuenta que ésta: obedeció a deliberadas políticas de Estado, subsidios, apoyos financieros y económicos efectivos, mucha ciencia y tecnología inducida, promoción y estímulo de nuevos negocios, de estímulo a la competencia en los mercados, de intervención directa e incluso empresarial del Estado, definición estricta de planes de transición  para el cierre y abandono de la opción nuclear y del carbón y, last but not least,  teniendo el cambio climático como telón de fondo. Alemania, Dinamarca, Suiza, etc. tendrán una matriz energética limpia al 2050, NO eléctrica sino energética, totalmente exenta de hidrocarburos y nuclear. ¿Cuáles son las opciones adoptadas? Uso eficiente de la energía, nano tecnologías, nuevos materiales, redes inteligentes, cogeneración, nuevos modelos de distribución de energía, nuevos modelos de negocios y, evidentemente energías limpias y renovables, en donde destaca el hidrógeno en el caso del transporte. La lista es tan larga en los países de la OCDE como corta parecen ser nuestras opciones. Las consecuencias de tales políticas deliberadas, monitoreables, sectoriales, son impactantes: creación de centenares de miles de empleos y puestos de trabajo de calidad, mayor competitividad, disminución de la dependencia y vulnerabilidad de esas economías, mejoramiento del medio ambiente en toda su extensión (agua, tierras, aire y recursos naturales), pérdida de valor bursátil de empresas energéticas convencionales y, por el contrario, aumento del valor de empresas involucradas en energías limpias. En suma, la mirada ha sido y es,  global, holística, eficaz, rentable en el corto, pero sobre todo en el mediano y largo plazo. Una nueva, completa y total estrategia de desarrollo. ¿Ellos pueden porque son ricos y nosotros no porque somos pobres? No. Contamos con recursos naturales en abundancia, se disponen de recursos financieros y de (ciertos conocimientos) básicos para el desarrollo de nuestros recursos energéticos, insuficientes pero alcanzan. Subsisten, no obstante, importante barreras: concentración de mercados, elevadas rentabilidades para mercados regulados, marcos regulatorios que no premian ni estimulan la innovación tecnológica, inexistencia de reales apoyos financieros y económicos  con bancos-socios en emprendimientos de riesgo, etc., pero sobre todo, un Estado poco eficiente y peor aún sin voluntad real de cambio ni de cambiar las reglas.

Parte 2: ¿y que hay del acceso a la energía?
Se destaca en la Agenda Energía la siguiente frase: “Si bien el modelo tuvo resultados en el pasado calzando oferta y demanda…(sic!)” (Agenda Energía, p.16, Mayo 2014). Las preguntas se agolpan ante una sentencia ambigua y peligrosa por sus olvidos. ¿Cuál modelo?, ¿resultados malos, buenos, caros, baratos, contaminantes, limpios? ¿a qué costos? (no a qué precios, esos ya se conocen). Demasiadas preguntas para complejas y siempre postergadas respuestas. Lo que se rescata de esa enigmática sentencia es que se olvida que un Chile los pagó: las familias, la Pyme y sobre todo el medio ambiente. Y lo pagó muy caro. Veamos cómo: los precios de los derivados del petróleo han aumentado en promedio 10% al año en los últimos 20 años[1], la electricidad en un poco más de 6% y la leña en 4%. Paralelamente, las rentabilidades en el sector eléctrico superan ampliamente el 20% en promedio en los últimos 20 años en generación, en distribución (ha sido más de 35% en algunos años y para algunas de ellas) y transporte o alta tensión. En un estudio publicado el 2008[2], se demostró el profundo  impacto del aumento de tarifas y precios de la energía ejercido entre los años 1996 – 2006 en los presupuestos familiares: en el quintil más pobre, la energía pasó de contar un 6,8 a casi un 20% y en el quintil más rico pasó del 1,8% al 2%; es decir, no sólo el acceso a la energía se ha hecho más desigual sino que además considerando los aumentos nominales de los ingresos de la población chilena en ese mismo periodo, se demuestra que los precios de las energías se “comieron” casi todo o buena parte de esos aumentos nominales. Es muy probable que en este caso suceda lo que en Inglaterra hoy día, en que el aumento en los costos de la energía en el sector residencial ha hecho aumentar los bancos de alimentación para los ciudadanos pobres, aspecto “completamente olvidado por las políticas gubernamentales” según ciertas opiniones[3]. Es muy probable que, dado este ejemplo, los responsables de las políticas energéticas actuales (si ellas existen) se sientan eximidos porque…no tenemos bancos de alimentación!

Ni que decir respecto de las ganancias de las quejumbrosas empresas gaseras y distribuidoras de derivados del petróleo. Dicho sea de paso, no solo los precios del gas no están regulados, tampoco lo están los precios de los derivados del petróleo. Cabe la pregunta, una eventual regulación arregla los problemas de desigualdad, ineficiencia, de elevados precios y de concentración de mercados? Aparentemente no, dada la experiencia del sector eléctrico. En suma, todas las empresas energéticas casi sin excepción (salvo Enap) gozan de una irritante buena salud en desmedro de los presupuestos familiares, de las Pymes y del medio ambiente. En este ámbito, por último debe recordarse que más de 30 ciudades del centro- sur de Chile han sido calificadas de zona latente y/o saturadas por MP 2,5 por leña húmeda. Se escoge lo de leña pues pese a ser más importante que la electricidad en términos energéticos en la matriz, nadie hasta el día de hoy, ha asumido este importante reto, incluyendo la Agenda Energía.


[1] Las fuentes son varias: Balance de Energía 2012; Cámara de Comercio de Santiago, Chilectra, etc.
[2] Miguel Márquez, Rolando Miranda, Hernán Frigolet. Energía e Inclusión: Impactos del sostenido aumento de los precios de la energía en los presupuestos familiares. Universidad Austral de Chile; Ministerio Secretaría General de la Presidencia, 2007.

 Parte 3: ¿Y porqué no Negawatts en lugar de Megawatts (o Megajoules)?
Insistir en que el dilema no es sólo más energía sino mejor energía resulta tedioso, pero guste o no, ese es el verdadero intringulis y desafío de nuestro país. El “más energía” es y será siempre de corto aliento, provisorio y de dudoso costo. O al menos de desigual pago, como es el caso del impuesto a los combustibles.

El marco regulatorio actual, ni el eléctrico, ni de derivados del petróleo ni del gas, rima con eficiencia. Por el contrario se conjuga con el más vendo más gano, importando poco en qué se usa la energía. Ello es desde el punto de vista país, social, económico y ambiental una clara distorsión. No lo es sin embargo desde el punto de vista de la rentabilidad de las empresas: mientras más venden energía y más se consume, más ganan. La necesidad de cambiar las reglas de juego en este ámbito es un imperativo. Por razones ambientales, económicas, financieras y energéticas, el tema es quién paga ese cambio. Aparentemente podrían ser los consumidores y el medio ambiente acorde a la Agenda Energía, pues nada se señala respecto de la necesidad de cambiar las reglas de juego que persisten desde hace más de 40 años. Nada asegura que la disminución -si así fuere- del 30% en el costo marginal de los precios de la electricidad (generación) llegue de manera efectiva a los hogares chilenos o a la Pyme. La falta de política energética se refleja en la obsesión por mitigar los problemas energéticos sólo con más oferta. Aparentemente, mientras más grandes mejores, no sólo instalando más Megas, sino también en capacidades de refinación o peor aún importando cada vez más y necesariamente, contaminando más. Chile consume más energía por unidad de bien, servicio o producto generado. En lenguaje económico, esto quiere decir que la intensidad energética se mantiene o en algunos sectores empeora, esto es insostenible por razones económicas, financieras pero sobre todo ambientales y de seguridad energética. La competitividad en este ámbito, está crecientemente amenazada. Por el contrario, las pruebas demuestran lo conveniente y rentable de usar mejor la energía, aprovechar las posibilidades de cogeneración de aprovechamiento de vapores, calores, de redes inteligentes, de generación distribuida en lugar de grandes líneas de transmisión, de fomento al uso de nuevos y mejores materiales, de estímulo a nuevas y mejores construcciones y viviendas y de nuevos procesos en la minería en la industria, en fin, mejorar el uso de la energía y para ello es fundamental adoptar una mirada distinta, otra, desde la demanda, que permita responder a preguntas tales como: más energía, para qué y a qué costo? La sola (mención) de la adopción de una Ley para el Uso Eficiente de la Energía no basta; se requiere de una fuerte institucionalidad, de correctos y propicios incentivos para el sector privado, de metas precisas para los grandes consumidores con adecuados y ágiles instrumentos económicos, tributarios y financieros, entre otros, y especialmente incorporando el uso eficiente de energía en las tarifas.

Parte 4: ¿y si más oferta de energía fuese la solución, cuál oferta?
Chile es uno de los países más vulnerables del orbe y dependientes en términos energéticos acorde a parámetros de la International Energy Agency (IEA), lógicamente entonces, uno de los esfuerzos centrales de las políticas gubernamentales debería ser la disminución de tal condición. Tal propósito y objetivo puede medirse y monitorearse. ¿Qué propone la Agenda Energía al respecto? Una de las medidas que destaca es la compra de gas (GN). En el entusiasmo del shale gas que aparentemente ha revigorizado las reservas probadas mundiales de  GN, la Agenda sugiere que la instalación de una nueva planta y/o compra de gas es una opción. El argumento es su bajo precio, a lo que se suma su relativamente rápida instalación y menor contaminación (45% menos de CO2 que el carbón) en la generación de electricidad. Pero, en el contexto de una matriz dependiente y vulnerable como  la nuestra, tal opción podrá aliviar el pago por un tiempo aún cuando, aparentemente también, es más cara que otras opciones, como el carbón por ejemplo. El hecho es que ni la dependencia ni el costo de nuestra matriz disminuirá, ni en el mediano ni largo plazo. El que hoy el precio del GN esté a 6 u 8 US$MMBTU no es garantía que se mantenga en el tiempo; por el contrario, la tendencia en el largo plazo es su constante aumento[1], no sólo por la vigorosa demanda en sus respectivos mercados y demandas regionales (es casi un commodity pero no totalmente) sino por las particularidades de un mercado cuyo precio aparece ineluctablemente ligado al precio del crudo a nivel internacional y éste, altamente volátil por definición.

La opción de perfeccionar una política de oferta, basada en energéticos convencionales, sin una vigorosa política energética que incorpore la demanda, el largo plazo y el medio ambiente, es una ruta ya ensayada y fracasada. Los indicadores más significativos así lo demuestran: deterioro en la intensidad energética, precios de la energía al alza e impacto en presupuestos familiares y Pymes, pérdida de competitividad, aumento de la contaminación, etc. Se requiere de una política de oferta que concilie ésta con la eficiencia energética, con un recambio efectivo de nuestra matriz energética. Para que ello suceda no sólo se debe reformular el sistema marginalista y que el Estado imponga las condiciones en las licitaciones por ejemplo, sino y sobre todo cambiar las reglas del juego: mejor usamos la energía más ganamos todos.



[1]Prevalece la visión de que los precios van a subir. La Agencia de Energía de Estados Unidos proyecta subidas del gas natural para las próximas dos décadas mayores a las que proyecta para el precio del petróleo”, por sobre los 12 US$MMBTU. http://www.espectador.com/economia/244915/gas-natural-tendencias-internacionales-de-abastecimiento-funcionamiento-del-mercado-mundial-y-formaci-n-de-precios


Parte 5 y final: Esquemas en que todos ganen: …win-win-win.

En la energía, como en todo bien o servicio básico, se deben establecer reglas, mecanismos y fomentar modelos de negocios en que todos encuentren sus necesidades, retribuciones y pagos: la gente, el medio ambiente, la Pyme y también las empresas energéticas. Para que ello suceda, hoy y mañana, las reglas deben cambiar. Las rentabilidades de las empresas energéticas deben ajustarse a criterios de competitividad, de crecimiento económico y de imperativos asociados a requerimientos ambientales, en especial del cambio climático. Al respecto, es imposible no mencionar que a lo largo de las tres últimas décadas, con sismos o sin ellos, con crisis económicas o sin ellas, las empresas energéticas han mantenido sus elevadas rentabilidades. Elevadas rentabilidades comparadas con el resto de la OCDE, del resto de los sectores económicos nacionales (salvo minero y financiero) y peor aún, tratándose de concesiones monopólicas o casi. Curioso por decir lo menos. ¿Cómo lo han hecho si no es gracias a un marco regulatorio que las protege y que a lo largo del tiempo ha consolidado a los regulados (en el caso de la electricidad) como rehenes? Algo similar sucede en el caso de los derivados del petróleo en que, en el caso del impuesto a los combustibles, lo paga el 20% de la población sin que ello resuelva un problema crónico: la severa dependencia de combustibles de los cuales carecemos y pagamos cada vez más.

En el caso de la leña los diagnósticos sobran como señala el Ministro Pacheco. Se requiere políticas de Estado basado en cuatro medidas claves pero no únicas: acondicionamiento térmico de las viviendas, secado de leña, recambio acelerado de artefactos, promoción de nuevas tecnologías para el aprovechamiento de calores y vapores. La implantación de estas medidas, permitiría resolver el acceso a la calefacción desde la VI a las XI Regiones de manera eficiente pero también a precios adecuados y con cuidado a la calidad del aire y los recursos forestales. Pero también podría permitir la mantención de importantes fuentes de ingresos de decenas de miles pequeños productores y distribuidores. ¿La condición? Que el Estado asuma cabalmente su rol en política pública, combinando adecuadamente las medidas de mercado y regulatorias, específicas región por región y por territorio.

El común denominador a los esquemas de gestión de la energía en que todos ganen, pero de manera razonable, es el estímulo a la innovación y el cambio tecnológico pero sobre todo el cambio de las reglas del juego lo que asegurará el suministro de energía a costos razonables, accesibles para todos y base de la competitividad nacional. Hoy, la innovación, está asociada a las grandes empresas y las actividades de Investigación y Desarrollo (I&D) son en su gran mayoría funcionales a objetivos de rentabilidad y de mercado. ¿Porqué habrían de arriesgar si tienen (su) rentabilidad asegurada? En el plural se incluye no sólo a las empresas energéticas sino también a los bancos o instituciones financieras de primer y segundo piso.

Se requiere de una estrategia de desarrollo energética nacional que apunte a la innovación y al cambio tecnológico en sus mercados. Que (se) proponga metas monitoreables, anuales, que llene el vacío  de instrumentos impositivos, financieros y económicos de hoy día y que favorezcan y premien el cambio tecnológico; reformular CORFO, cuyo balance en el ámbito en la energía pareciera ser más bien magro a juzgar por el rol de este organismo en la promoción de las ERNC y de la Eficiencia Energética (EE).

En suma, valoramos las señales entregadas por el Ministro de Energía respecto el rol del Estado, el reodenamiento territorial y el diálogo establecido en torno a una estrategia energética, no obstante sostenemos que el sector energético requiere un cambio en las reglas de juego lo que  implica una mirada distinta a la implícitamente asumida por la Agenda Energía. De no hacerlo, esta Agenda estará condenará al olvido al igual que otra buena decena de agendas presentadas a lo largo de décadas pasadas. Es muy probable que además de las reglas del juego se requiera incluso cambiar a buena parte de los responsables y hacedores de políticas energéticas (los mismos de siempre) que insisten en las mismas medidas limitadas y fracasadas pero rentables para unos pocos.

jueves, 31 de octubre de 2013

Los primeros 100 días energéticos de Marco2014


Los Primeros 100 Días Energéticos

Nuestra propuesta y política energética se inscriben y se inspiran en la necesidad de profundizar nuestra democracia, en el decidido fomento de la eficiencia energética, de las energías limpias y de las energías renovables no convencionales. Nuestra propuesta Los Primeros 100 días energéticos, apuesta también, por una mirada desde la demanda (¿más energía para qué?) para cambiar el más vendo más gano por el mejor usamos la energía más ganamos todos y finalmente, en la necesidad de cambiar las reglas del juego de los mercados energéticos de manera que se propicie la introducción de nuevas tecnologías y nuevos modelos de gestión, más eficientes, menos contaminantes y más equitativos.



Estas medidas tienen como objetivo hacerse cargo de los desafíos actuales a nivel energético del país, pero más importante cambiar el rumbo del desarrollo energético de Chile. Dentro de esos cambios es fundamental modificar el esquema imperante: rol subsidiario del Estado, el abandono de la planificación de largo plazo y la delegación del desarrollo eléctrico a la iniciativa privada en base a señales de precios.

Se hace fundamental redefinir el rol del Estado de modo de asegurarse que la estrategia energética socialmente óptima se refleje en la expansión del sistema en el largo plazo. Somos claros que este rol no implica volver a un desarrollo centralizado: la iniciativa privada seguirá siendo un motor del desarrollo eléctrico. No obstante, ella reaccionará a señales que complementen el rol del mercado y consideren una visión de país, tomando en cuenta los diversos actores, complejidades y escalas de tiempo involucradas y en donde el bienestar social tenga un rol central.

Las siguientes son las medidas a tomar en los primeros cien días:
1. Plan de Transición Eléctrica: Suministro y Política Energética
Una medida central de nuestra propuesta es impulsar una verdadera Política Energética de Estado y eléctrica en particular. Lograr esto ciertamente requiere una transición desde el actual modelo y matriz. Nuestra visión es sistémica en energía y hemos elegido como punta de lanza de nuestra propuesta a la Eficiencia Energética (EE) y las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) o Energías Limpias (EL) en un sentido más amplio aún. Debemos ser meridianamente claros que no resolveremos nuestros desafíos energéticos y en particular eléctricos solamente con ERNC, EL o EE. Esta realidad debemos reconocerla y enfrentarla. Decisiones erradas de 30 años no se resuelven en 4.

Nuestra matriz en el corto y mediano plazo (12 años) va a tener centrales térmicas que deberán operar bajo altos estándares, esto incluye centrales a carbón en funcionamiento, evitando nuevas, propiciando el uso de GNL en condiciones adecuadas y cuando sean necesarias, y el aprovechamiento del recurso hídrico.

El plan entregará las directrices para lograr un suministro confiable a precios razonables, minimizando los impactos medioambientales a partir de la matriz que poseemos, revisando los Los Primeros 100 Días Energéticos
proyectos contenidos en los Planes de Obra y teniendo un rol activo en la pre-evaluación de nuevos proyectos. Tal Plan deberá establecer las bases de una matriz con menos carbón, menos mega centrales, mayor descentralización, más EE y ERNC y más opciones sustentables.

Paralelamente a asegurar el suministro, el plan de transición debe ser el impulsor de una real política energética impulsando cambios profundos al modelo actual. Dentro de esos cambios es fundamental modificar el esquema imperante: rol subsidiario del Estado, el abandono de la planificación de largo plazo y la delegación del desarrollo eléctrico a la iniciativa privada en base a señales de precios.

Al dejar la iniciativa estrictamente en manos privadas, se ha construido un sistema muy bueno para los generadores privados (altas utilidades y poca transparencia) y muy malo para los usuarios. Un cambio fundamental es romper el verdadero oligopolio que existe en el sector.
Este plan de transición debe ser el impulsor de cambiar el actual paradigma del "más vendo más gano" al "mejor usamos la energía más ganamos todos".



Medios y mecanismos
a) Creación de un Comité Público – Privado: Liderado por el Ministerio de Energía, establecerá el diseño e implementación del Plan de Transición. Determinará metas anuales vinculantes, objetivos sectoriales, rango y condiciones de rentabilidades, precios y tarifas. Un ejemplo de ello: 2 % de EE por año en 10 años en el sector minero e industrias intensivas en energía lo que estimativamente puede significar entre 1.500 y 2.000 MW de ahorro en ese plazo

b) Rol del Estado: nuevo Centro de Despacho de Carga (CDEC) e incorporación de nuevos actores, diseño y adopción de política energética con objetivos de corto, mediano y largo plazo, evaluación de operadores de sistemas independientes.

c) Ordenamiento territorial y participación ciudadana: vocaciones, capacidades de cuencas y territorios así como potencialidades y sostenibilidad de uso de recursos locales, definirán criterios e instalación de centrales, reduciendo incertidumbre a inversionistas y comunidades. Esenciales en ello son las propuestas de proyectos privados pero sujetos a claras y precisas señales del Estado. Ello debe conjugarse con la participación informada y temprana de la ciudadanía. No a las compensaciones locales por proyecto ni económicas, sí a las compensaciones vía EL y ambientales para comunidades locales.

d) Rediseño de mercados energéticos apuntando a cambios necesarios en los mercados energéticos que si bien requiere de plazos mayores, se propondrán medidas que estimulen la promoción de nuevos actores, de la eficiencia y de nuevas tecnologías en particular. Fomento de una estructura de mercado en base a contratos. Cambio de mercados spot de corto plazo desde un sistema marginalista con precios uniformes, a uno con precios diferenciados por tecnologías. Mercados donde la demanda jugará un rol activo: más energía para qué? y ¿a qué costo? preguntas que guiarán la determinación de opciones tecnológicas e instrumentos en el rediseño de mercados.

e) La EE (Eficiencia Energética), las ERNC (Energías Renovables No Convencionales) y la I&D (Investigación y Desarrollo) como punta de lanza de una verdadera política energética: Promoción de objetivos anuales de ERNC y EE en función de capacidades y potencialidades sectoriales. No es lo mismo establecer objetivos de cumplimiento en el sector residencial que en el sector minero, no sólo por el tipo y universo de actores sino además por la disponibilidad de recursos, capacidades y plazos esencialmente distintos, por mencionar un par de sectores.

f) Subastas para ERNC: Reformular la Ley 20.018, Ley Corta II y Ley 20.257 de impulso a la ERNC, para estandarizar las bases de licitación de suministro eléctrico y asegurar productos específicos por tecnología. Se deben licitar proyectos con potenciales de explotación establecidos, servidumbres para unidades y líneas de transmisión pre-definidas y productos de licitación determinados acorde a las características de las ERNC y licitados de forma oportuna.

g) Incentivar y fomentar nuevos modelos de gestión y de negocios: generación distribuida, calefacción distrital, cogeneración, repotenciación y modernización de centrales hidráulicas, biocombustibles, promoción del co-firing en reemplazo de combustibles fósiles por biomasa, por ej.

h) Cambios en SEIA: Establecer las condiciones para modificar las bases para el cambio del SEIA que permita la comparación entre opciones.

i) Creación, establecimiento refundación de instrumentos financieros, económicos e impositivos para la promoción de energías limpias (EL). Ej.: fondos de garantías y préstamos para proyectos energéticos a empresas nacionales




Propuestas específicas que deben ser motivo de discusión las primeras semanas:

Se considerará que el CDEC SIC y CDEC SING lleven a cabo licitaciones bi – anuales en 2014, 2016 y 2018 para cumplimiento de metas intermedias.

Se enviará propuesta legislativa para establecer una propuesta de ley que incentive y fomente la generación distribuida.

Definición de un Plan Obras de Transición que defina reglas para térmicas e hídricas cuestionadas, pero en particular para las centrales en base a carbón o mezcla de éste con otros combustibles.
2. GEPCO (Gestión Sustentable del Precio de los Combustibles) ante el Parlamento en lugar del SIPCO.
a) Paliar aumentos de precios de crudo a nivel internacional e impacto en actividad económica.
b) Mantener o aumentar la recaudación fiscal (coordinación con Hacienda y Economía), ampliando los pagadores y disminuyendo la carga fiscal de atomizados (automovilista, colectivos, taxis).

c) Creación del Fondo para el Fomento de las Energías Limpias (FELPAS). Fondo complementado con paquete premiador de autos con sellos y/o parámetros de eficiencia y emisiones por rangos de categorías. La medida debe incorporar importación de vehículos híbridos/eléctricos/hidrógeno.
3. Mesa de Trabajo con Consumidores Intensivos en Energía (minería, siderurgia, refinerías, cementeras) por la Eficiencia Energética.
a) Diseño de propuestas de medidas de ahorro de electricidad y de energía, con metas anuales, instalación de cargos de gerentes de energía, monitoreo en tiempo real de: consumos, emisiones, intensidad, entre otros parámetros.

b) Establecimiento de medidas de ahorro de corto, mediano y largo plazo asociados a incentivos fiscales, tributarios y económicos.

c) Será costeado por las propias empresas a lo que se sumarán instrumentos de fomento y de apoyo de parte del Estado.
Ej.: El Gobierno de Chile instruye a CODELCO para adoptar metas de menor de consumo de energía eléctrica (kWh/Ton) para el 2024 basada en la línea base de 2014. CODELCO deberá iniciar la implementación de EE con recambio de sus motores industriales (al nivel IE3) en todas de sus operaciones.
4. Programa de la Buena Leña (VI a la XI Región)
a) Instalar en el Centro- Sur de Chile un Programa con una agenda corta y otra de mediano plazo en el manejo de la leña (biomasa) de 5 medidas esenciales: i) secado de leña; ii) recambio acelerado de estufas; iii) reacondicionamiento térmico de viviendas; iv) fomento masivo de colectores solares; fomento a nuevas tecnologías en el uso de la biomasa (calefacción a distancia, pellets, gasificación, etc.); y estímulos al desarrollo y establecimiento de centros de acopio y tratamiento de la biomasa para su aprovechamiento energético.

b) Instrumentos a mejorar/potenciar: El decreto 255 ó PPF subsidio dirigido a la vivienda social fundamentalmente lo ampliaríamos selectivamente a todo el stock de viviendas; franquicias tributarias para la instalación de paneles solares térmicos, e Innova.

c) Sacar de su condición de zona saturada y/o latente al menos al 40% de las 33 ciudades de tamaño medio centro-sur de Chile calificadas como tales.
La inversión pública directa (MINAMBIENTE+MINENERGÍA) en este campo no debería superar los 400 MMUS$ en el periodo; no obstante los beneficios públicos y privados pueden ser holgadamente mayores considerando que son alrededor de 4.000 MMUS$ estimados por costo evitado salud pública/privada por MP 2,5 (fines del 2010) mayoritariamente atribuido al uso de leña húmeda, ello sin considerar otros impactos positivos: empleo, servicios eco-sistémicos potenciados y protegidos, mejoramiento de presupuesto familiares, menor importación, etc.). Los Primeros 100 Días Energéticos


5. Programa especial para sectores aislados y etnias basado en EE y ERNC y EE
a) Apoyo en el catastro de recursos energéticos y propiedad por parte de etnias (ej. recursos forestales, hídricos, solar, eólico)

b) financiamiento de estudios y proyectos relacionados con el desarrollo de esos recursos con fines energéticos, incluyendo modelos de negocios y de propiedad por parte de las comunidades.
6. Instancias de Coordinación Institucional
Las mejores respuestas a los desafíos energéticos se encuentran fuera del sector energético, o dicho de otro modo, una mirada desde la demanda es condición fundamental para incluir como vía insoslayable en el tema energético el cambio de patrones de consumo de energía y agua:

a) Se creará el comité de coordinación institucional con: MOP, MBN, MMA, MINSAL, MINVU, HACIENDA, presidido por MINENERGIA.

b) En función de metas anuales asumidas por estrategia energética, se asignarán tareas y objetivos específicos por Ministerio.
Ej.: El Gobierno de Chile adoptará una meta de 30% menos del consumo de energía eléctrica comprado desde la red para sus edificios tomando 2014 como línea base. Esta meta será implementada por todos los Ministerios. Los ahorros obtenidos no serán descontados del presupuesto sino destinados al mejoramiento de condiciones de operación energética y ambiental de los Ministerios y de estímulo para un ahorro mayor. Las metas serán monitoreadas y auditadas.



MINENERGIA, identificará y propondrá nuevas medidas sectoriales con metas de mediano y largo plazo relativas a: energías limpias, cambio en patrones de consumo de energía y agua, nuevas tecnologías y modelos de negocios desde la demanda; mercado y competitividad, entre otras.

Se evaluarán prioridades en ciencia y tecnología en energía y proyectos demostrativos y luego de un primer año, se determinarán instrumentos, medios y objetivos precisos de corto, mediano y largo plazo.
Autores:
Miguel Márquez Díaz

Matías Negrete Pincetic
Con la colaboración de:
- Roberto Román, Profesor Asociado Departamento de Ingeniería Mecánica U. De Chile, Vice-President for Membership Affairs, International Solar Energy Society (ISES).

- Héctor Pulgar Painemal, Profesor Asistente Departamento de Ingeniería Eléctrica UTFSM. Ph.D. Ingeniería Eléctrica, University of Illinois at Urbana-Champaign.


 
- Claudia Rodríguez Seeger, Geógrafa, Universidad Católica de Chile, Magister en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente de la PUC y Doctorado en Ciencias Naturales de la Universidad de Kiel, Alemania.

- Patricio González, Ingeniero Forestal y Diplomado Ingeniería Industrial FCFM, Universidad de Chile en Gestión Ambiental.