Junto a Hernán Frigolet hemos elaborado una alternativa al SIPCO. Este
trabajo fue elaborado para la Federación Nacional de Trabajadores del Petróleo,
cuyo Presidente es Jorge Fierro.
Sus fundamentos
En Chile el impuesto a los combustibles es un impuesto
específico al transporte terrestre, ya que se grava la fuente energética
utilizada sólo por vehículos de transporte que son potenciales usuarios de
carreteras. El país requiere con urgencia un cambio para aplicar una política
pública integral de tratamiento de los combustibles desde una perspectiva
ambiental pero considerando la trascendencia para la economía nacional.
La propuesta
La propuesta del GEPCO (Gestión Sustentable del Precio
de los Combustibles) se sustenta en un impuesto específico de doble propósito:
Financiamiento de un modelo de estabilización de precios semestral
Compensación de los impactos medioambientales
Para tal fin, el GEPCO propone un sistema de impuesto
específico por tipo de combustible que grava a todos los usuarios sin
exclusión.
La política de estabilización se financia a partir de
la recaudación del impuesto aplicado a todos los usuarios. El mecanismo de
estabilización funciona con una lógica de mediano plazo en la que se fija el
precio por seis meses para cada combustible en función del precio de largo
plazo determinado.
La compensación ambiental, en una estimación preliminar
que se enmarca en los parámetros de la recaudación actual, y considera además
la problemática de congestión que incrementa la contaminación vehicular en
zonas urbanas. Se obtiene así un modelo que permite mantener la recaudación
sobre la base de ampliar la base de aplicación del impuesto.
Ejemplos de carga tributaria propuesta por el GEPCO.
El impuesto específico propuesto establece los
siguientes montos:
Diesel, kerosene de aviación 1,4 UTM por metro cúbico
Gasolinas 1,4 UTM por metro cúbico
+
1,0 UTM por metro cúbico por congestión
=
2,4 UTM por metro cúbico
Gas 1,22 UTM por metro cúbico
Carbón 1,15 UTM por tonelada
El GEPCO y la dependencia y vulnerabilidad de nuestro
país.
El GEPCO constituye una base para enfrentar un proceso
de dependencia y vulnerabilidad energética que no cesa de aumentar. Este
instrumento es además una invitación a una discusión pública que se debe dar a
la brevedad y que debería abordar, desde la demanda, el tema del transporte y
de la calefacción, usos finales de la energía que presentan serías dificultades
para ser cubiertas a precios razonables, en el corto y largo plazos.