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miércoles, 28 de marzo de 2012

La Propuesta Energética (Eléctrica) Estratégica al 2030: ¿usuario, ciudadano o rehén?

La Propuesta Energética (Eléctrica) Estratégica al 2030: ¿usuario, ciudadano o rehén?


El Presidente de la República ha lanzado un Plan Estratégico Energético al 2030 cuyos puntos esenciales ya habían sido dados a conocer a principios de este año.

La propuesta energética posee la misma lógica de propuestas anteriores: más energía sin importar cómo la usamos, ni, cabalmente, sus impactos ambientales. En esta nea Propuesta impera la lógica del negocio de unos pocos y para que pague el resto: Uds, nosotros, la Pyme y el medio ambiente. Paradojalmente, lo único que hace esta propuesta es asegurar la incertidumbre en el largo plazo porque las medidas que da a conocer no sólo se alejan de lo recomendado por el mundo desarrollado, sino y lo que es peor, están condenadas al fracaso por ser más de lo mismo pero peor.

No se trata de un Propuesta Energética sino Eléctrica (ésta propuesta sólo trata del 16% de la matriz energética o conjunto de nuestra demanda). Para la gran mayoría de las necesidades energéticas: transporte y necesidades de calor, por mencionar un par de ellas, no hay propuesta alguna.  La preocupación central de esta Propuesta es el suministro de electricidad a las grandes mineras por un lado, y de garantizar a las eléctricas continuar gozando de rentabilidades excepcionales; y el rol de rehenes de los usuarios. 

Una Propuesta hasta el 2030, a espaldas de la gente, que no considera al Parlamento ni las organizaciones ciudadanas, constituye un gesto de arrogancia consistente sólo con el origen y ánimo de sus gestores: los asesores de las propias eléctricas y de los servidores de un modelo de desarrollo eléctrico fracasado e ineficiente. Esta afirmación está avalada por las continuas caídas de sistema, por tener las tarifas más elevadas de continente y del mundo, rentabilidades escandalosas frente a constantes alzas de tarifas, una matriz eléctrica cada vez más sucia y contaminante.

El pretendido fomento de medidas para el uso eficiente de la energía (EE) y  energías renovables (ERNC) no es cierta. Ello se constata al revelarse algunos hechos contundentes: la ley de Presupuesto del 2012 redujo en un 27% (real) los fondos acordados al Programa de ERNC y el presupuesto de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética disminuyó en un 14%. En EE se carece de objetivos sectoriales precisos, ni se detallan instrumentos financieros y económicos e institucionales que avalen y/o garanticen las vagas promesas incluidas. No existen, como se advierte en las experiencias exitosas en países de la OCDE, instrumentos de monitoreo, ni obligatoriedad de compromisos de ahorro anuales. En ese contexto sellos, estándares mínimos de eficiencia energética (MEPs), mayor información y auditorías (nada nuevo), es claramente insuficiente y es continuidad de una política mínima e ineficaz frente a los desafíos estratégicos nacionales de desarrollo.  La experiencia mundial permite afirmar que, desacoplar el consumo de energía de su producto o de su producción, sin intervenir los mercados eléctricos por las barreras que existen en ese mercado, es tarea imposible. Peor aún, mientras el uso eficiente no sea tratado como una verdadera fuente de energía, la más importante de las fuentes de energía, ésta no aportará los “negawatts” necesarios para un desarrollo sustentable.

Cualquiera sea la opción tecnológica para responder a la creciente demanda eléctrica, necesariamente deben cambiarse las reglas de juego del mercado eléctrico chileno: el más vendo más gano prevaleciente por el mejor usamos la energía más ganamos todos. Mantener las reglas del juego  tal cual, es  no sólo un gran error sino una provocación. Los costos los seguirá pagando la gente, la Pyme y el medio ambiente. Un ejemplo: cambiar las reglas del juego significa incorporar las externalidades ambientales en los precios de la energía eléctrica. Acorde a fuentes especializadas de EEUU (Paul R. Epstein y otros, Full cost accounting for the life cycle of coal, ANNALS OF THE NEW YORK ACADEMY OF SCIENCES; Issue: Ecological Economics Reviews, 2011)e involucra a un conjunto de prestigiosas instituciones americanas y una británica[i], el impuesto al carbón en la generación de electricidad debería ser algo así como 15 a 17 veces de lo que hoy sugieren algunos asesores de las eléctricas en Chile. Tales magnitudes harían que en nuestro país las ERNC se volvieran más rentables y competitivas que todas las centrales térmicas a carbón previstas en el Plan de Obras. De este necesario cambio de la normativa nada dice la Propuesta.

Pequeños cambios de un modelo ineficiente como sugiere la Propuesta no sirve para los desafíos energéticos, de desarrollo y de cambio climático que enfrenta Chile. Al respecto, se debe señalar que la propuesta consolida una matriz eléctrica que aumenta aceleradamente su contribución al fenómeno del cambio climático.

Los verdaderos problemas y desafíos energéticos son soslayados, no reconocidos, postergados: la dependencia y vulnerabilidad de nuestra matriz, la pérdida de competitividad de nuestra economía, el sostenido crecimiento de precios y tarifas frente a las rentabilidades de las empresas energéticas, la crisis crónica del sector eléctrico (según propios dichos de conspicuos expertos del Gobierno y mercuriales por cierto), la elevada concentración, entre otros.

Esta (pretendida) mirada de largo plazo de parte de empresarios y de grupos de poder, excluyen los necesarios cambios y las verdaderas opciones en el sector energético en su conjunto: el hidrógeno, las celdas de combustibles, las energías renovables en todas sus expresiones, nuevos modelos de negocios y de gestión de la energía, la desconcentración de los mercados, la generación distribuida, la cogeneración, una nueva ENAP y sobre todo, la adopción de medidas que apunten a perfiles y estilos de desarrollo menos voraces en energía y agua. Una mirada de futuro exige además  compromisos serios en el ámbito de la investigación y desarrollo. Esa propuesta también lo omite.

En suma la Propuesta Energética Estratégica pareciera no ser, ni propuesta (modelo impuesto), ni energética (eléctrica) ni estratégica (asegura incertidumbre, vulnerabilidad, dependencia y precios cada vez más elevados). Usuario, ciudadano o rehén? A nosotros de decidir tal cual ha sido el rechazo a Castilla, Hidroaysén e Isla Riesco, y ojo la (n)opción nuclear.

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[i] Center for Health and the Global Environment, Harvard Medical School, Boston, Massachusetts. Environmental Science and Risk Management Program, Department of Environmental Health, Harvard School of Public Health, Boston, Massachusetts. Accenture, Sustainability Services, Philadelphia, Pennsylvania. Department of Community Medicine, West Virginia University, Morgantown, West Virginia. Wheeling Jesuit University, Wheeling, West Virginia. Post Carbon Institute, Santa Rosa, California. Boston University School of Public Health, Boston, Massachusetts. Kentuckians for the Commonwealth, London, Kentucky. Department of Pharmacotherapy, Washington State University, Spokane, Washington.

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