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viernes, 7 de diciembre de 2012


Chile un país sin política energética
La urgente necesidad de cambiar las reglas del juego:
nuestra PROpuesta energética

Marco Enríquez- Ominami
Candidato Presidencial del PRO
Miguel Márquez
Asesor en Energía del PRO

(publicada en El Mercurio, domingo 2 de diciembre)

Chile carece de política energética: el rechazo a Hidroaysén, Barrancones, la judicialización del desarrollo eléctrico que denunciamos desde hace años, los 5 ó 6 Ministros en menos de 2 años y gas, el sostenido aumento de las tarifas eléctricas y de los precios de los derivados del petróleo; la declaración de zonas saturadas o latentes en más de una treintena de ciudades, entre la VI a la XI regiones, el aumento de la dependencia y vulnerabilidad de nuestra matriz y, el aporte creciente  de emisiones de CO2 al cambio climático, son parte de una larga lista de hechos que dan cuenta de la ausencia de política energética y de propuesta estratégica alguna. Esta falta de política energética no se transforma en colapso cada 4 años porque el costo de éstas las pagan las Pymes, la gente y el medio ambiente. El marco regulatorio, heredado de la dictadura y prácticamente inalterado durante los gobiernos democráticos, se ha encargado de consolidar(nos) como rehenes en lugar de consumidores o ciudadanos.

 
Proponemos: cambiar el más vendo más gano hoy imperante por el mejor usamos la energía más ganamos todos, cambiar el tarifado y procesos de formación de precios de la energía (incluyendo el SIPCO), el masivo fomento de las energías renovables (a diferencia del actual gobierno que desconoció sus propuestas iniciales del 20% a 2020), cambiar los métodos de evaluación ambiental de los megaproyectos energéticos, sentar las bases para un cambio de la matriz energética, sucia y cara, por otra limpia y menos vulnerable, y, finalmente, fomentar una participación informada de la gente en la toma de decisiones respecto de éstos. En suma, proponemos cambiar las reglas del juego de los mercados energéticos, única opción de enfrentar adecuada y oportunamente los desafíos energéticos, ambientales y de competitividad.

Nuestra propuesta tiene los siguientes objetivos: i) asegurar un abastecimiento oportuno y a costos razonables; ii) reducir la vulnerabilidad y dependencia; iii) mejorar la competitividad; iv) incluir y considerar los impactos ambientales en los precios de la energía; v) transparentar mercados energéticos y fomentar la competencia; vi) contribuir a la equidad y facilitar el acceso a la energía a los sectores desfavorecidos de la población, vii) estimular y fomentar la participación informada de la gente, y finalmente, viii) asegurar liderazgo del Estado y establecer una mayor simetría y coordinación entre políticas económicas, ambientales y energéticas.

Para el logro de estos objetivos destacamos las siguientes medidas:
1.                  Negawatts o Negajulios, más con menos: será punta de lanza de nuestra política energética, el uso eficiente de la energía y las energías limpias y verdes, de las que destacan la gestión de la demanda y especialmente las medidas de carácter estructural que apuntan al cambio en los patrones de consumo energético.
2.                    Suministro de energía seguro basado en energías convencionales y no convencionales:se establecerán los instrumentos de mercado y de política de fomento para asegurar la transición de una matriz sucia, cara y dependiente en el suministro de energía de fuentes convencionales a nuevas fuentes de energía que nos permitan instalar una matriz limpia y a costos razonables. Un 30% de la matriz energética al 2025 estará basada en energías renovables.
3.                  Programa de Leña Sustentable: que cubrirá al 2025 la mayor parte de los requerimientos de calefacción y agua caliente de las regiones VI a la XI. En 4 años lograremos desarrollar modelos de gestión de la calefacción y del agua caliente que permitirá sacar a la mayor parte de las ciudades y localidades declaradas zonas saturadas o latentes por partícula fina y gruesa derivado del uso de leña húmeda y de estufas ineficientes en viviendas mal aisladas.

4.                  Programa de Transporte  Sustentable: Nuestro foco estará puesto en el transporte público de la RM y de provincias. Al 2030, el transporte será el sector responsable del 40% del consumo de energía y nadie en Chile evalúa de manera rigurosa las opciones que tenemos, por ello sentaremos las bases  para el desarrollo de un sistema de transporte sustentable, fomentando proyectos pilotos a partir de nuevas tecnologías, modelos de gestión y de negocios, a partir de nuevas fuentes de energía, como el hidrógeno, así como la adopción de instrumentos de desarrollo urbano y espacial que considere la energía y el medio ambiente en los sistemas de transporte público y privado.

5.                  ENAE: Impulsaremos la creación de la Empresa Nacional de Energía que tendrá como objetivo esencial “abrir” mercados y desarrollar nuevas tecnologías y fuentes de energía para luego estimular la entrada de privados (Pymes).

6.                  Investigación y Desarrollo (I&D):  instalaremos condiciones sin precedentes para mejorar, crear y desarrollar nuevas fuentes de energía y nuevos materiales, nuevas miradas y nuevos modelos de negocios, mejores y más transparentes mercados así como personal científico y técnico para el desarrollo de estas nuevas opciones.

La experiencia a nivel mundial, en especial de los países de la OCDE, dan cuenta que las verdaderas y más eficientes respuestas a los desafíos energéticos y ambientales no se encuentran necesariamente en una mayor oferta de energía, sino en el tipo de ciudades que alentamos erigir, en las construcciones térmicamente eficiente que propiciaremos, así como los cambios de procesos que fomentaremos a nivel industrial y minero. No habrá cambios en las reglas del juego en los mercados energéticos nacionales sin cambio de responsables de la política energética que luego de más de 40 años, han sido incapaces de asumir responsablemente los desafíos ambientales, de desarrollo, de equidad y de competitividad que reclama una energía limpia, accesible, segura y de costos razonables.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Matías colabora desde hace poco como investigador en la Universidad de California, Berkeley, y obtuvo su Phd hace sólo semanas. El presente artículo sólo duró un día en la sección blog de la Tercera, coincidiendo con un segundo editorial en ese diario favorable a esta (n)opción.
 

CHILE Y LA OPCION NUCLEAR

 
Matias Negrete-Pincetic,

Ph.D. en Ingeniería Eléctrica,

University of Illinois at Urbana-Champaign

Investigador, University of California, Berkeley.


Sumado a una seguidilla de desafortunadas decisiones tomadas por el actual gobierno en temas energéticos: modificar la promesa de tener una meta para ERNC de 20% a 10% al 2020, reducir el presupuesto de la agencia de eficiencia energética, y proponer un plan para el desarrollo eléctrico sin objetivo estratégico concreto, se suma el anuncio de retomar los estudios para implementar la energía nuclear para la generación de electricidad en Chile.

Este anuncio ha sido recibido con aplausos por diversos sectores que siempre han presentandola idea de una planta nuclear en Chile como una de las posibles soluciones a todos nuestros problemas eléctricos. Lla atención la simplicidad y falta de humildad con que se emiten opiniones en un tema tan complejo como este que va mucho más allá del simple suministro eléctrico.


Mientras lo anterior sucede en Chile, el mundo está claramente moviéndose en otra dirección. En el caso particular de la energía nuclear, países como Alemania, Suiza, Bélgica e incluso Japón han entrado en una fase de reducción de su dependencia nuclear. En el caso alemán, por ejemplo, el objetivo impuesto es cerrar todas las plantas el 2022. De igual manera, la planificación y diseño de los sistemas eléctricos y de energía está sufriendo grandes cambios en sus paradigmasmoviéndose desde la idea de grandes plantas y generadores al nivel de transmisión, a generación distribuida, más cercana a los centros de carga y situada al nivel de la distribución; donde la aplicación de tecnologías de la información permitirán un control en tiempo real, haciendo más eficiente la operación e integración de fuentes renovables y sustentables. La implementación de estas tecnologías en el mundo industrializado ha hecho posible el surgimiento natural de nuevos modelos de negocios, donde por ejemplo, la participación activa de la demanda se incentiva y se fomenta.


En Chile, sin embargo, la opción continúa siendo la construcción de mega-centrales de todo tipo y en particular ahora nucleares, como la gran  solución a nuestros problemas energéticos. De paso, seguir con un diseño de mercado enfocado principalmente en la oferta, generando el perverso incentivo de “mientras más vendo, más gano. El “mejor usamos la energía, más ganamos todos” no es algo incentivado en el actual modelo.


Los argumentos del porqué nuestro país no debiese considerar la energía nuclear son múltiples. Sin embargo, una de las razones más simples, pero a la vez profundas, esta basada en lo complicado de cuantificar el riesgo real de falla de un sistema altamente complejo como una planta nuclear, instalado en el país más sísmico del mundo.Muchos pregonan un falso estado de seguridad, usando “estadísticas” y análisis de riesgo disponibles como justificación. Sin embargo, es necesario mencionar, que expertos en el área de análisis de riesgo debaten incluso en la actualidad acerca de la real validez de dichos estudios, y el especial cuidado que hay que tener al interpretarlos.

 
Análisis de desempeño o riesgo usando modelos probabilísticos son generalmente buenas herramientas cuando estamos lidiando con incertezas, costos y beneficios relacionados a eventos frecuentes: tráfico en redes, colas en un banco, llegadas y salidas de buses, consumos eléctricos, etc.Sin embargo, en el terreno de eventos con bajísima tasa de ocurrencia, donde no solo las incertezas sino que también la ignorancia está muchas veces presente (ni siquiera sabemos que no sabemos), la obtención de los elementos necesarios para realizar dichos análisis es prácticamente imposible, resultando en que cualquier análisis probabilístico o de riesgo en estas circunstancias sea bastante cercano a un ejercicio de clarividencia.

 
Pero, ni siquiera es necesario pensar en un escenario catastrófico tipo Fukushima o Chernobyl, para evidenciar los riesgos de una planta nuclear en Chile. Hay argumentos asociados con la seguridad de suministro, la operación de los sistemas eléctricos, y la viabilidad económica que deben ser considerados e entregados a la opinión pública.


Lo que la evidencia empírica muestra es que la mayoría de las veces que las plantas nucleares han sido expuestas a sismos de importancia han tenido problemas. Estos problemas no significan grandes accidentes o catástrofes, sólo que la planta al ser un sistema altamente complejo, queda fuera de operación por un largo tiempo. Ya Japón tuvo serios problemas en un recinto nuclear con un sismo 6,6 hace unos años. Dicho complejo estuvo fuera de servicio alrededor de 2 años. ¿Acaso alguno de los que apuestan con tener plantas nucleares en Chile, han considerado lo poco robusto y confiable que sería el sistema eléctrico en esas condiciones?¿Que pasaría en un sistema de escala tan reducida como el chilenosi dejamos fuera de servicio por varios años plantas de gran capacidad, sacando grandes bloques de suministro por largo tiempo? ¿Quién se haría cargo de la crisis energética que eso produciría? ¿Y de tales costos?


Todos los argumentos anteriores, se suman a otros ampliamente reconocidos: los casi inmanejables costos de inversión los cuales la mayoría de las veces sobrepasan en varias veces las estimaciones iniciales, el manejo de residuos que exige vigilancia a perpetuidad, el perfil estratégico militar que eventualmente esta opción pudiese tener, el impacto de ser un país nuclear” en otras industrias como la agroalimentaria, y finalmente la dependencia en tecnologías, infraestructura de manejo de crisis y suministro de combustible que Chile no dispone.


¿Realmente queremos como país embarcarnos en una tecnología de estas características, desacoplada de la tendencia en sistemas de energía, cara, riesgosa y ciertamente no sustentable?
 

Muchos dirán, pero son solamente estudios!, no debemos cerrarnos a estudiar. Esto es, en general, verdad. Sin embargo, en este caso en particular, ¿No es acaso mucho más sensato enfocar los escasos recursos que el país invierte en investigación y desarrollo, y destinarlos al desarrollo de tecnologías sustentables, cada vez más competitivas, donde Chile tiene realmente todo un potencial esperando ser desarrollado? ¿No es el problema energético de Chile también una gran oportunidad para empezar a desarrollar una industria avanzada y aspirar a ser líderes en el desarrollo de conocimiento, tecnologías y modelos de negocios asociados a estas materias? Lo que el gobierno decida hoy en materia energética tendrá repercusiones en el desarrollo energético e industrial de Chile por varias décadas. Esperemos, y es bueno ser optimistas, que puedan estar a la altura.



 
 


 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Del 20% al 10% de energía renovables al 2020: Chile no inventa, ni siquiera reinventa, sólo retrocede…y unos cuantos mienten.

Con este cambio brutal de objetivos los responsables directos e indirectos de las políticas eléctricas, desconocen promesas y ocultan sus propias ineficiencias. Los tiene  sin cuidado. Total controlan los medios. Y no es la primera ni será la última vez de parte de un gobierno en estas últimas tres décadas. Así se incuba la indignación.

El 1° de los ministros de Energía de este gobierno, Rainieri, y el 4° de esta dinastía, Álvarez, refrendaron explícitamente sendos compromisos respecto de impulsar un 20% de energías renovables en la matriz eléctrica al 2020. No podía ser de otro modo pues en campaña presidencial así lo prometían: “…uno de los objetivos de nuestro Programa de Gobierno es aspirar a que al año 2020 más del 20% de la matriz eléctrica chilena derive de las energías renovables, limpias no convencionales” (Programa de Gobierno para el Cambio el Futuro y la Esperanza, 2010 – 2014, p49).

Mientras los chilenos celebraban fiestas patrias, ese compromiso fue disminuido a un 10%. Golborne, el 3° de 5 ministros de Energía en dos años, ya antes sugería bajar esa meta “y ser realistas” porque “las renovables eran más caras”. Eso no le impedía el 2011 –si de opciones caras se trata- lanzar premonitorias necesidades de suministro eléctrico basadas en la opción nuclear y considerarla como una de las opciones a fomentar en Chile. Días antes de Fukushima por supuesto.

¿Qué es más grave? ¿Que no se cumpla las promesas de campaña? ¿Qué se mienta? ¿Qué se confiesen propias ineficiencia? ¿Que Chile sea más dependiente, más vulnerable y compre la energía (y venda a sus ciudadanos) cada vez más cara?

Es probable que en el campo de la energía, confundido con el tema ambiental, por razones ciertas y objetivas, pero ambiguas, y que desorienta la acción política y programática, no exista en estos años mayor regresión desde el punto de vista de la política pública y de la necesaria mirada de futuro de las políticas de Estado.

Reemplazadas éstas por las imposiciones de rentabilidad de las empresas, eléctricas, gaseras, del petróleo y de las mineras, se impone el corto plazo en desmedro de las verdaderas opciones. Se posterga la investigación y desarrollo en nuevas tecnologías; se desconocen las necesidades de cambiar los modelos de negocios, las reglas de mercado y lo que es peor simplemente se desdeñan las opciones que derivan de políticas energéticas de largo plazo, menos onerosas, más conscientes de la necesidad de cuidar nuestros ecosistemas, mares, cuencas y de la calidad del aire de nuestras ciudades.

Sin pudor alguno se cambian promesas de campaña. La respuesta a las preguntas hechas más arriba es una sola: es grave que no se cumplan las promesas e igual de grave que apuesten por un Chile más dependiente, más vulnerable, menos competitivo y tengamos que pagar tales errores y falta de visión por varias generaciones.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El mundo (desarrollado) cierra las plantas nucleares y la
Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE)
del gobierno las mantiene como opción en Chile.

La noticia en estos días dice: “El Gobierno de Japón decidió hoy establecer el objetivo de abandonar la energía nuclear en la década del 2030, en medio del debate sobre la seguridad de las centrales atómicas tras el accidente en la planta de Fukushima en marzo de 2011”. Ya antes, se habían sumado: Suiza, Italia (ambos vía referéndum), Bélgica, Alemania, Suecia. Francia largamente dependiente de ésta, reducirá del actual 75% a un 50% al 2020. Y no son los únicos.

El Informe del CADE que asesora al gobierno de Piñera señala textual en relación a centrales nucleares: “En este sentido, un PNP (Programa Nuclear de Potencia) sería un seguro estratégico que permitiría garantizar el suministro de energético sustentable” (p.172. Resumen del Informe Ejecutivo). El CADE está conformado por los mismos de la carretera pública eléctrica y de la mantención de las reglas del juego en el mercado eléctrico que nos lleva de crisis en crisis cada 4 años. No podría ser de otro modo pues se trata de ex ministros, asesores de eléctricas y mineras, y académicos “apoyados” por estas mismas empresas para que justifiquen opciones tomadas de antemano. El actual estado de cosas, las reglas del juego del mercado eléctrico, es demasiado rentable como para permitir su cambio.

El propio Presidente Piñera declaró el 2011 que: “no construirá ni decidirá  plantas nucleares durante su gobierno” (el promedio en el mundo para su construcción toma…entre 20 y 30 años y normalmente 10 a 15 veces los presupuestos originales) pero, señaló, se continuará con “estudios para conocer mejor esa energía, en capacitar mejor a nuestro ingenieros y en perfeccionar nuestra institucionalidad”, en la misma tónica del gobierno de Bachelet que durante su campaña presidencial firmó un acuerdo de rechazo a esta opción y con los mismos subterfugios de hoy terminó concediéndole su apoyo de facto. O al menos así actuó diligentemente el Ministro Tokman y sus asesores.

La lista de admiradores de la opción nuclear en Chile es larga: Gilisasti, la Sofofa, las mineras, El Mercurio, La Tercera, varios ex funcionarios de la Concertación y Golborne, si, si, el mismo pre-candidato presidencial de la derecja quien hablaba maravillas de la opción nuclear en TVN, desde Francia y Bélgica…días antes del desastre de Fukushima?

¿Será necesario insistir que es una opción que debe ser enterrada y confinada a perpetuidad como sus propios residuos? En Chile nunca se sabe, pues pese a las evidencias de que vamos para otro lado que el mundo desarrollado, se mantienen acá los incrédulos respecto de lo que pasa en el mundo de la energía, por ello se debe insistir y denunciar la opción nuclear. Andrés Concha de la Sofofa por ejemplo, niega el cambio climático (El Mercurio, 6 de febrero del 2012) pero participa activamente en los ejercicios oficiales inútiles y sin futuro por mejorar la imagen de la industria chilena respecto de su creciente huella de carbono y de agua. Digno de ripley!

Lo preocupante en este panorama positivo en el mundo de cierre de centrales nucleares, es que en Chile, (país telúrico) los mismos –o casi- que preconizan esta opción, son los que se arrogan decisiones inconsultas como la carretera eléctrica pública, el cortoplacista SIPCO, centrales a carbón a lo largo del litoral y ahora último, cómplices de quienes han reducido el compromiso público de este gobierno del 20% de renovables en el suministro de electricidad al 2020, a un escuálido 10%. Grave para Chile, desde el punto de vista de la seguridad de suministro, de su competitividad y del estilo y forma de desarrollo. La errónea medida y su falta de visión, se suma a la disminución del presupuesto del 2012 respecto del uso eficiente de la energía, principal opción para enfrentar el suministro de energía en países desarrollados.

Imposible confiar en ese grupo del CADE que justifica hasta con segunda derivadas opciones obsoletas, peligrosas, antidemocráticas y onerosas. Peor aún, se hace política pública y se aprueban proyectos de ley en pocas semanas y que habrá que asumirlas y pagarlas por décadas y generaciones.

jueves, 13 de septiembre de 2012

EL SIPCO Y LA LÓGICA DEL ARREGLO DE ESTANTERIA.
Miguel Márquez Díaz
energiainteligente Ltda.
http://eneenergia.blogspot.com
El Congreso aprobó el cambio al SIPCO. Se impone la discrecionalidad en el manejo del instrumento de Protección al Consumidor al Precio de los Combustibles. Monárquico. Falaz.  En su esencia se impone el cambio de estantería (a lo Parisi) para solucionar problemas estructurales. La decisión es pan para hoy y precios altos para mañana. Es cosa de semanas, meses en el mejor de los escenarios, pues el crudo se agota y su precio aumenta. Por cambio de estantería me refiero a que se cambian los márgenes de precios (mínimo y máximo) de 12,5% a 10% y reduce la vigencia mínima del período de promedio del precio de paridad de importación, de 3 meses a 4 semanas. En claro: el mecanismo operará según la voluntad de Hacienda y de los partidos de la Alianza y pondrán para ello un poco más de dinero para el subsidio al precio.
Lo que no se dice es que: 20% de la población seguirá pagando el grueso del impuesto específico; que una pequeña parte de ese 20% recibirá un bono con fuerte olor a electoral; que los grandes consumidores (mineras, navieras, forestales, etc.) podrán continuar recuperando buena parte del impuesto.

Y aunque Ud. no lo crea se trata de un impuesto a la energía. Pero de verdad los cambios acaban de consagrar que de energía no tiene ni enfrenta nada: los aumentos seguirán a un ritmo, probablemente más o menos pausado, según deseen los grandes productores/consumidores de crudo; la carga tributaria la seguirá pagando Ud y yo, el colectivero y el camionero, y seguirán siendo exentos los grandes consumidores; se seguirá importando crecientemente petróleo y derivados sin entregarse señal alguna de moderar/ahorrar energéticos de los que carecemos. ¿Cómo conciliar esto con los alarmantes llamados de dirigentes empresariales energéticos y mineros particularmente, ante la pérdida de competitividad del país por el costo de la energía? Señalo que el consumo de petróleo y derivados en términos físicos es más del 50% del consumo energético del país, ó 2 a 3 veces más que la electricidad!

¿Y de ambiental que tiene este arreglo de estantería? Nada. Se mantiene el “subsidio” a combustibles contaminantes y se entregan bonos con un costo social y ambiental elevado. El Congreso y el Ejecutivo, ambos, han sido consecuentes con lo que ha sido su línea en estas últimas décadas: ineficaz y corto placista desde el punto de vista energético, inequitativo desde el punto de vista social y regresivo en términos ambientales. Uff! Por lo menos existe la Corte Suprema, quien lo diría!
Y para los de espíritu crítico vean nuestra propuesta en mi blog: GEPCO + FELPAS. La alternativa existe y es buena para todos.

jueves, 16 de agosto de 2012

Del ajuste tributario al ajuste eléctrico

Mi clave para entrar a emol.cl…(El Mercurio) luego de poner el RUT, es: mientexx y para la Tercera es…tambiénxx. Fácil de recordar y mantiene la lógica. La misma con la que abordan el tema energético desde hace décadas estos medios. No debemos olvidar que continúan hablando de cuando en vez de las bondades de la opción nuclear, claro que con menos ímpetu después de Fukushima. O insisten en que las renovables son más caras pese a que planes y propuestas de energía en los países de la OCDE para el 2030 y 2050, las consagra como LAS alternativas junto al uso eficiente de la energía y el cambio de patrones de consumo.

Ayer, el tambiénxx titulaba: “Gobierno, lanzará amplio paquete de reformas en el sector energía”. En los hechos se trata de ajustes al sector  eléctrico –que no energéticos- ante la evidencia de ineficiencias e inseguridad en el aprovisionamiento en el corto, mediano y largo plazo, las presiones de las empresas eléctricas que no conformes con sus rentabilidades y reglas de juego quieren más y, finalmente, ante la premura de un tiempo que se les está agotando para hacer de la normativa un campo intocable.

El 5° Ministro de Energía en menos de dos años (será prueba de credibilidad?) y egésimo administrador de un modelo deficiente pero rentable para unos pocos, anuncia con pompa y en tono enigmático un Plan: en los hechos se trata de medidas teleguiadas por la Sofofa y especialmente de parte de la eléctricas, repitiendo o parafraseando lo ya “sugerido” por el Comité Asesor para el Desarrollo Eléctrico (CADE), hace meses atrás.

En realidad no es un Plan, es un ajuste a la normativa heredada de la dictadura y remendada en un par de ocasiones bajo la Concertación. Aparentemente los objetivos de ese Plan serán: asegurar Hidroaysén, allanar y legitimar expropiaciones e instalación de una carretera eléctrica pública, justificar platas públicas para esa carretera que de privado tendrá los ingresos, asegurar electrones a las mineras (de dónde y cómo sea) y viabilizar la mayor cantidad de centrales a carbón mientras Chile firma protocolo o acuerdos internacionales para combatir el cambio climático. Eso es en esencia el Plan.

Las ausencias y olvidos de un supuesto Plan

Primera ausencia relevante: proyecto energético que no es ambiental ni sustentable no es hoy día viable. Peor aún si se trata de megaproyectos (Hidroaysén, Castilla). Eso es así particularmente en sociedades democráticas. Y pese a las reglas de juego: los Barrancones, los Hidroaysén y antes los Alumysa, han sido o fueron rechazados por la gente y pese al apoyo de la institucionalidad. O pese a que las instituciones funcionan como les gusta afirmar a algunos. Los límites naturales de cuencas, territorios, de la calidad del aire y de uso y explotación de los de recursos naturales ha alcanzado límites insospechados y crudamente peligrosos. Una muestra: más de 30 ciudades desde la VI a la XI han sido declaradas zonas saturadas o latentes por MP2,5 con más de 4.000 muertes prematuras por año (Ministerio del Medio Ambiente, junio 2012). Responsable? La leña húmeda, en primer lugar, junto a las centrales a carbón. Alguna alusión a este tema crucial en el Plan? Cero. Calidad de vida, manejo de recursos energéticos locales y objetivos energéticos deben formar parte de un Plan. Ello no es tal.

La segunda ausencia en este pseudo Plan es Ud., yo, y la Pyme. Los responsables de la política pública -energética en particular- han dado pruebas del profundo desprecio por la opinión de la gente. Probablemente de allí deriva uno de los objetivos inconfensables (a medias) del Plan eléctrico: ponerle cerco a las reglas de juego e impedir que la gente,  la calle (aquella que temen los directores de Enersis), y que ciertos políticos lúcidos (los hay) se les ocurra cambiar las reglas de juego el 2014. Las  reglas del juego actuales no dan para más. Y las instituciones que las cobijan y ejecutan tampoco. Ni que decir de sus guardianes (CADE, ex ministros, consultores repetidamente entrevistados en mientexx y tambienxx). Así, el Plan desde el punto de vista social y político, contempla dos grandes objetivos: por un lado dar satisfacción a las eléctricas y de paso a COPEC, o sea complacer a las controladoras del mercado eléctrico y de derivados del petróleo (del diesel en particular), y un segundo bloque pleno de señales livianas o casi: la geotermia por aquí,  unas cuantas tímidas señales relativas a las renovables por allá y recibiendo a bravos pero ingenuos ambientalistas que aún creen en el consenso con las eléctricas y los controladores de los mercados energéticos.

El modelo energético genera ineficiencias, concentración energética y de riqueza, inequidades, y es además sucio, no sólo en gases de efecto invernadero. Y además pueden pagar los medios de prensa mencionados. Sus crisis cada tanto, no me canso de decirlo, se amortiguan y no se transforman en colapso gracias a la categoría de rehén de la gente, la Pyme y el medio ambiente, haciendo de las crisis un negocio redondo para los conglomerados eléctricos. En su calidad de rehén, deben pagar y cada vez más, por tarifas y precios de combustibles sostenidamente al alza. Gracias a ello se mantiene no sólo el modelo sino que le otorga a la eléctricas y energéticas mayor presencia en el IPSA (“Esperamos más de 65% de aumento del capital flotante hasta US$ 8.000 millones, hoy es US$ 4.900 millones y adicionalmente esperamos que el peso en el IPSA aumente, desde el actual 6% a 10% después de la transacción”, dijo Hernán López, Director General, Endesa España; Diario Financiero, 2 de agosto, 2012).

Chile hace exactamente lo contrario a lo que hace el mundo desarrollado por responder a los desafíos energéticos y ambientales: acá se disminuye el presupuesto dedicado a las energías renovables y el uso eficiente, por el contrario en los países de la OCDE se aumenta pese a dificultades financieras; promueven la investigación y desarrollo como nunca en nuevas tecnologías, materiales y nuevos negocios, en donde sectores académicos, público y privado coexisten armoniosamente, teniendo en vista que las mejores y más eficientes soluciones no están en el sector energético sino en el tipo de ciudades que creamos o alentamos erigir, las viviendas que estimulamos construir y los procesos productivos que fomentamos. Nada de esto contiene el Plan. Lejos de ello. El Plan ofrece para el siglo XXI soluciones obsoletas y coherentes con visiones de desarrollo de los años 50. La demanda energética, el tipo de demanda que poseemos,  sectorialmente, no es tema. ¿Cómo no establecer rigidas y precisas metas de ahorro energético a la minería que concentra más del 70% del crecimiento de la demanda eléctrica en los últimos años?

Las muestras claras de gatopardismo  (cambiar algo para que nada cambie) de este pseudo Plan son claras (“Los pilares esenciales son el -sic!- mantener la política que existe"; Juan Antonio Guzmán, Presidente del CADE, entrevista en El Mostrador TV): las renovables y el uso eficiente no están realmente en la agenda, se podrá argumentar que tal o cual proyecto vio la luz, pero la verdad es que en términos reales en el presupuesto 2012 bajó en ambos casos entre un 14 y 16%. Y no se prevé urgencia para el año siguiente en esta materia según el propio gobierno; el más energía por unidad de producto, bien o servicio (PIB) se mantiene;  más energía en el corto y mediano plazo se traduce en más carbón o megaproyectos no sustentables de no fomentarse medidas alternativas; el modelo y mercado concentrado se mantiene incólume basado en el más vendo más gano; el cambio al SIPCO desapareció del debate público, siendo que el impuesto a los combustibles habría podido ser una oportunidad de ejemplo de cambio.

Al parecer, así como la reforma  tributaria que no estaba en la agenda de nadie, salvo de Marco, hoy la orden del día en el campo de la energía es ajustar lo que se pueda para mantener un modelo de desarrollo energético que se tambalea. Afortunadamente alternativas existen así como el convencimiento de cambiar las reglas del juego para que las verdaderas opciones puedan, a partir del 2014, concretarse. En ese contexto, dudo que conversar, buscar consenso con los responsables del modelo sea una buena y coherente señal.

viernes, 15 de junio de 2012

A propósito de opciones energéticas.

Las diferencias son abismantes entre lo que se propone en Europa y nuestro país respecto del desarrollo eléctrico. Va un ejemplo.

Esto dicen en Europa:
“Solving demand by merely building more power plants is no longer an option. Instead, the emphasis is on generating cleaner power as well as using less power altogether,” said Farah Saeed, Principal Consultant at Frost & Sullivan.
(“Enfrentar la demanda sólo con la construcción de más centrales ya no es una opción. El énfasis está tanto en la generación de energía más limpia, como en el uso de menos energía”, la traducción es mía, señaló Farah Saeed).
http://www.frost.com/prod/servlet/cpo/260454905

y esto en Chile:

(Hace algunos días atrás, Daniel Fernández (de Hidroaysén) respondió: "….eso es otro absurdo, porque Chile necesita energía para crecer, duplicar su matriz energética en los próximos 10 a 15 años y para poder transmitir esa energía desde donde sea y del origen que sea, se necesitan líneas de transmisión como las que ya existen en Chile".
http://latercera.com/noticia/negocios/2011/05/655-364386-9-daniel-fernandez-por-hidroaysen-este-es-un-proyecto-ambientalmente-viable.shtml

No es el único eh, que sostiene esa posición. Desde la ignorancia unos, y los más, desde el lucro fácil y suculento afirman exactamente lo mismo: son los Constant (el de la Torre de Pisa), Concha (quien niega el cambio climático), Longueira (bueno Longueira, en realida no cacha mucho), …

Pero, supongo, para eso estamos nosotros para destacar las diferencias y si se puede dar a conocer cosas como estas.

domingo, 10 de junio de 2012

Glosario para entender la crisis energética

Cambio climático: Fenómeno global de severos impactos en el planeta. Uno de los principales desafíos de las próximas décadas, sino del siglo. El sector energético en particular es uno de las principales responsables. Chile ha suscrito cuanto tratado existe para enfrentar el fenómeno; no obstante, hacen exactamente lo contrario: aumenta el uso de fósiles y de centrales térmicas, disminuyen los presupuestos para las energías renovables y del uso eficiente de la energía. Los países de la OCDE hacen todo lo opuesto. El Presidente de la SOFOFA, el Sr. Concha niega el fenómeno. (Emol, 6 de febrero, 2012).
Carretera eléctrica pública: Opción sacada del sombrero por el Gobierno del Sr. Piñera y el CADE, comprensivos ambos, con lo oneroso pero sobre todo, por las dificultades para expropiar terrenos, cruzar zonas protegidas, turísticas, de etnias, así como para enfrentar el rechazo ciudadano, nacional e internacional, del principal proyecto de generación eléctrica de los gobiernos de la Concertación y de la Alianza. De pública, la carretera tiene su financiamiento y los costos asociados a la expropiación de tierras. Su rentabilidad, asegurada por décadas, será privada.

Comité Asesor para el Desarrollo Eléctrico (CADE): Está conformado por ex Ministros, buenos amigos y dilectos asesores de las eléctricas, lavadores(as) ambientales de rostros sucios de eléctricas, firmadores de racionamientos eléctricos y hasta conocidos pro-nucleares. Los académicos que se incluyen destacan por sus compromisos con estudios y/o proyectos financiados por las empresas energéticas  y, paralelamente, son avaros en propuestas de política pública (energética). Se trata de un Comité creado por el gobierno con el fin de justificar el modelo que se debate en una crisis permanente. No entregan ni una sola idea nueva. Es su mérito: la consistencia. En este contexto, sus miembros poseen más un prontuario que curriculum. Pero es justamente por ello que siguen vigentes en directorios de empresas, puestos del Estado/gobierno o citados en los medios de prensa escrita.

Contaminación: La paga Ud., yo, nuestros hijos y los ecosistemas, y evidentemente se refleja en la salud pública y privada. Es un gran subsidio encubierto a las fuentes convencionales y a las empresas que controlan los mercados energéticos (derivados del petróleo, eléctricas y gaseras). Es lo que tenemos que pagar también por no tener una política pública respecto de la leña húmeda.

Crisis energética: Es permanente. No se transforma en colapso pues acorde al actual marco regulatorio sus costos los pagamos todos. O casi todos. Unos más que otros. Las crisis energéticas actuales no se manifiestan usualmente, con abruptos cortes en el suministro como en décadas pasadas sino por aumentos sostenidos de precios y/o severos impactos ambientales. Persistirán en Chile hasta que no se cambien las reglas del juego en vigor.

Empresas Eléctricas AG: Su Director Ejecutivo es Rodrigo Castillo, es quien escribió que existe política energética (quiso decir eléctrica); en el mismo artículo afirma que otros la elaboraron (CADE) pero que al final todos participamos (sic!) y que en este debate (¿cuál debate?) se puede ganar o perder. Resultado: Chile ha perdido pues, jamás ha habido debate -desde 1982- es decir desde que la dictadura implantó las reglas del juego que hoy rigen el mercado eléctrico. Las tarifas aumentan sistemáticamente así como las rentabilidades de las empresas eléctricas. Acorde a estudios de la Universidad Católica el traspaso es de casi 1.600 millones de dólares al año. El Sr. Castillo se perfila como empleado del mes.

Energía nuclear: Opción desechada en la gran mayoría de los países desarrollados, incluso con referendum, sobre todo post Fukushima. El CADE con Jorge Zanelli a la cabeza, así como personeros de grandes empresas del país insisten en que es opción para nuestro Chile telúrico. Eso sí lejos de sus viñedos, playas, comunas y por cierto, mansiones. Su costo es inimaginable, el tema residuos no está resuelto (exige controles a perpetuidad) y es menos eficiente que centrales eólicas (Four Nuclear Myths: A Commentary on Stewart Brand's Whole Earth Discipline and on Similar Writings. Amory Lovins, RMI, 2009).

Energías renovables no convencionales: Es parte de la solución para la oferta energética de calor, vapor, iluminación, fuerza motriz, calefacción, etc., y por esta vía a los problemas de dependencia y vulnerabilidad, solución también a las dificultades en el suministro de fuentes (convencionales) y/o aumentos de precios; en el cuidado del medio ambiente, enfrentamiento al cambio climático y problemas de acceso a la energía de sectores aislados y pobres. Lo de que son más caras es un mito. Son más baratas si se consideran los impactos ambientales, es solución (permanente) a problemas de dependencia, generan  empleos y son cuidadosa del medio ambiente. Es una de las principales opciones energéticas de los países de la OCDE con un fuerte liderazgo del Estado. En Chile cuenta por alrededor del 3% (MINERGIA, 2011) y disminuye el presupuesto de la nación para su fomento en el presupuesto del 2012. La inversión en investigación y desarrollo en estos ámbitos es casi igual a cero. (El Pato, un amigo, me señaló con razón, que de convencionales ya no tenían nada y, en buena medida se trataban de tecnologías maduras y exitosas. Al César lo que es del César…)

Leña: 20% de la matriz energética nacional. No existe política pública al respecto. Cuenta por más del 70% de la energía en los hogares de la VI a la XI regiones. Es un recurso renovable y sustentable bajo la condición de un buen manejo de bosques. Hoy, la mala leña y los malos calefactores, son responsables de la condición de zona saturada o latente de más de una veintena de ciudades grandes y pequeñas por partícula fina (PM 2,5) y provoca 4.000 muertes prematuras al año (MINAMBIENTE, 2012). La buena leña, o sea la leña seca (25% de humedad) además de buenos calefactores, eficiente aislación de viviendas y otras medidas relacionadas,  son el futuro para la calefacción y agua caliente para los hogares de Chile y sector público y comercial.

Medio Ambiente Es definido como un problema para el "desarrollo energético" (eléctrico). El último sinónimo elegido por altos personeros de gobierno, bancos, ex ministros, etc. es de "paisajístico", lo que impediría/entrabaría el desarrollo de proyectos energéticos. Chile, ocupa el puesto 58 del Indice de Actuación Ambiental del 2012 (que monitorea agua, aire, cambio climático y gestión de bosques) elaborado por investigadores de Yale y Columbia (Segunda on line, enero, 2012, Davos). Chile está a niveles de Cuba y Ucrania y de los peores del mundo.

Mercado eléctrico: Funciona en base al "más vendo más gano" en lugar del "mejor usamos la energía más ganamos todos". Las empresas tienen prácticamente las ganancias aseguradas, se use bien o mal la electricidad. Las reglas las escribieron los mismos que pusieron en venta y compraron los activos (las empresas públicas). En más de 30 años no ha habido una evaluación seria (Parlamento, por ejemplo) como si ha sucedido en la mayoría de los países de la OCDE (2 veces en Inglaterra para los que admiran los mercados anglosajones). Pese a ser un mercado completamente privatizado, se administra con decretos y los megaproyectos los aprueban las Tribunales. Según expertos, ex Ministros y responsables del actual estado de cosas, este mercado es altamente concentrado y adolece de falta de competencia estando más que satisfechas las empresas con el nivel de precios al cual venden (EMOL, 30 de abril del 2011).

Ministerio de Energía: Es el responsable de las políticas energéticas. ¿y qué hace este Ministerio en Chile si no hay políticas energéticas?...bueno, sirve para custodiar las reglas impuestas por la dictadura en el caso de la electricidad; sancionar o cerrar los ojos cuando a ENAP le birlaban los buenos negocios o le imponían los malos negocios (inexistente gas natural en Magallanes, GLP, etc.) o, sencillamente ignorar a la leña (20% de la matriz). En menos de dos años han pasado 6 Ministros, incluyendo aquél puesto por la Concertación que venía del sector salud. Con o sin Ministros, la impresión es que las cosas pueden continuar igual.

Negawatts o Negajoules: Opción desconocida en Chile, sin embargo es la principal de las opciones energéticas de los países desarrollados para enfrentar los problemas de seguridad de suministro y cambio climático, entre otros. Término acuñado por Amory Lovins (http://www.rmi.org/) que contempla medidas asociadas a: cambios en los patrones de consumo, gestión de la demanda, nuevos modelos de negocios, ahorro de energía, cambio de combustibles, etc. Se puede medir fácilmente. Uno de estos indicadores es la intensidad energética, sencillo cociente entre PIB y consumo energético. Chile no lo hace, pero los escasos datos permiten afirmar que en algunos sectores (minería), consume hoy más energía por unidad de producto, bien o servicio generado. Chile por ende es menos competitivo, más contaminado y dependiente de fuentes energéticas que no posee.

Pobreza: Pretendidamente es lo que la disponibilidad de mayor energía permitiría evitar o mitigar al menos. No hay prueba de ello. Todo lo contrario, los escasos estudios respecto de precios de la energía y presupuestos familiares, permiten afirmar que el aumento de los precios de la energía entre 1996 y 2006 pasaron de contar por menos de 0,8%  a 1,2% en el quintil más rico y de 8% a cerca del 20% en el quintil más pobre (SEGPRES, 2008); es decir, la mayor disponibilidad de energía en ese periodo castigó más a pobres que a ricos.

Política Energética: Lo que poseen la mayoría de los países de la OCDE con propuestas de corto, mediano y largo plazo, con objetivos, medios, recursos, metas sectoriales y territoriales. Propuestas respecto de la demanda (requerimientos) y oferta energética (suministro). Regulan precios y tarifas, promueven la competencia. Salvo países anglosajones, el rol del Estado es activo, tanto como regulador, promotor e incluso con empresas.  Chile carece de política energética.

PM 2,5: Partícula fina, principal causa de muerte prematura en el país: 4.000 al año según el Ministerio del Medio Ambiente. El mayor contribuyente de PM 2,5 en la treintena de ciudades que superan la norma es la mala leña, o sea húmeda y en artefactos poco eficientes. Ni el Ministerio de Energía, ni Vivienda, ni Salud se sienten involucrados siendo que son los principales responsables.

SIPCO: Sistema de Protección al Contribuyente del Impuesto Específico a los Combustibles eso significa sus siglas aunque Ud. no lo crea. Muy probablemente será reemplazado por el nuevo SIPCO, que de nuevo no tiene nada: los seguirá pagando un 20% de la población, se excluirá a las grandes empresas y su aplicación se manejará arbitrariamente manipulando sus parámetros. Existe una propuesta alternativa pero no la publican los medios, la elaboré yo y Hernán Frigolett: es el GEPCO diseñado para los Trabajadores de ENAP.

Tarifas eléctricas: Suben tenaz y sostenidamente entre un 10 a 12%  en promedio al año. En el  largo plazo serán cada vez más altas y distraerán una parte cada vez mayor de los presupuestos familiares. No hay de otra porque las recetas para sostener una política de oferta como la actual, es la misma desde hace más de cuatro décadas y los resultados idem: crisis periódicas, mayores precios de las fuentes convencionales de energía (y por ende de la electricidad). Las familias, son más rehenes que consumidores o usuarios. Para las familias más modestas las reglas en juego contempla un subsidio pero ninguna medida que les permita consumir menos y mejor. Chile posee las tarifas más elevadas del mundo.

Uso eficiente de la energía: Es la fuente de energía más importante hoy y dentro de 50 años en la mayoría de los países de la OCDE. Entre los años 70 y el 2005, proveyó más del 40% de la energía (IEA, 2006). En Chile, desde políticos a expertos, ex-ministros, asesores, no entienden lo que es ni la tienen en agenda. En el presupuesto 2012 de la Nación, disminuyeron su monto de manera significativa. Ex Ministros de Energía fugaces, determinaron que uso eficiente es apagar el piloto del gas, cambiar por ampolletas eficiente y apagar las luces "vampiro". No es eso. PROpongo 2 medidas: regalar 10 millones de ampolletas eficientes, resultado estimado de  5%  menos en la demanda  eléctrica al año; y,  2% de ahorro al año obligado a las mineras e industria intensivas en energía, resultado estimado: menos de 2.000 MW de potencia instalada en 10 años. O sea casi Hidroaysen.

ps: los nombres propios y apellidos citados no son ficticios, pues la historia, la verdadera historia, tiene responsables.

jueves, 29 de marzo de 2012

Un Sistema Alternativo al SIPCO, el GEPCO + el FELPAS: Gestión Sustentable del Precio de los Combustibles



Junto a Hernán Frigolet hemos elaborado una alternativa al SIPCO. Este trabajo fue elaborado para la Federación Nacional de Trabajadores del Petróleo, cuyo Presidente es Jorge Fierro.

Sus fundamentos


En Chile el impuesto a los combustibles es un impuesto específico al transporte terrestre, ya que se grava la fuente energética utilizada sólo por vehículos de transporte que son potenciales usuarios de carreteras. El país requiere con urgencia un cambio para aplicar una política pública integral de tratamiento de los combustibles desde una perspectiva ambiental pero considerando la trascendencia para la economía nacional.


La propuesta

La propuesta del GEPCO (Gestión Sustentable del Precio de los Combustibles) se sustenta en un impuesto específico de doble propósito:

                    Financiamiento de un modelo de estabilización de precios semestral

                                 Compensación de los impactos medioambientales


Para tal fin, el GEPCO propone un sistema de impuesto específico por tipo de combustible que grava a todos los usuarios sin exclusión.

La política de estabilización se financia a partir de la recaudación del impuesto aplicado a todos los usuarios. El mecanismo de estabilización funciona con una lógica de mediano plazo en la que se fija el precio por seis meses para cada combustible en función del precio de largo plazo determinado.

La compensación ambiental, en una estimación preliminar que se enmarca en los parámetros de la recaudación actual, y considera además la problemática de congestión que incrementa la contaminación vehicular en zonas urbanas. Se obtiene así un modelo que permite mantener la recaudación sobre la base de ampliar la base de aplicación del impuesto.


Ejemplos de carga tributaria propuesta por el GEPCO.

El impuesto específico propuesto establece los siguientes montos:

Diesel, kerosene de aviación                1,4 UTM por metro cúbico

Gasolinas                                              1,4 UTM por metro cúbico
                                                           + 1,0 UTM por metro cúbico por congestión
                                                           = 2,4 UTM por metro cúbico

Gas                                                       1,22 UTM por metro cúbico

Carbón                                                             1,15 UTM por tonelada


El GEPCO y la dependencia y vulnerabilidad de nuestro país.

El GEPCO constituye una base para enfrentar un proceso de dependencia y vulnerabilidad energética que no cesa de aumentar. Este instrumento es además una invitación a una discusión pública que se debe dar a la brevedad y que debería abordar, desde la demanda, el tema del transporte y de la calefacción, usos finales de la energía que presentan serías dificultades para ser cubiertas a precios razonables, en el corto y largo plazos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

La Propuesta Energética (Eléctrica) Estratégica al 2030: ¿usuario, ciudadano o rehén?

La Propuesta Energética (Eléctrica) Estratégica al 2030: ¿usuario, ciudadano o rehén?


El Presidente de la República ha lanzado un Plan Estratégico Energético al 2030 cuyos puntos esenciales ya habían sido dados a conocer a principios de este año.

La propuesta energética posee la misma lógica de propuestas anteriores: más energía sin importar cómo la usamos, ni, cabalmente, sus impactos ambientales. En esta nea Propuesta impera la lógica del negocio de unos pocos y para que pague el resto: Uds, nosotros, la Pyme y el medio ambiente. Paradojalmente, lo único que hace esta propuesta es asegurar la incertidumbre en el largo plazo porque las medidas que da a conocer no sólo se alejan de lo recomendado por el mundo desarrollado, sino y lo que es peor, están condenadas al fracaso por ser más de lo mismo pero peor.

No se trata de un Propuesta Energética sino Eléctrica (ésta propuesta sólo trata del 16% de la matriz energética o conjunto de nuestra demanda). Para la gran mayoría de las necesidades energéticas: transporte y necesidades de calor, por mencionar un par de ellas, no hay propuesta alguna.  La preocupación central de esta Propuesta es el suministro de electricidad a las grandes mineras por un lado, y de garantizar a las eléctricas continuar gozando de rentabilidades excepcionales; y el rol de rehenes de los usuarios. 

Una Propuesta hasta el 2030, a espaldas de la gente, que no considera al Parlamento ni las organizaciones ciudadanas, constituye un gesto de arrogancia consistente sólo con el origen y ánimo de sus gestores: los asesores de las propias eléctricas y de los servidores de un modelo de desarrollo eléctrico fracasado e ineficiente. Esta afirmación está avalada por las continuas caídas de sistema, por tener las tarifas más elevadas de continente y del mundo, rentabilidades escandalosas frente a constantes alzas de tarifas, una matriz eléctrica cada vez más sucia y contaminante.

El pretendido fomento de medidas para el uso eficiente de la energía (EE) y  energías renovables (ERNC) no es cierta. Ello se constata al revelarse algunos hechos contundentes: la ley de Presupuesto del 2012 redujo en un 27% (real) los fondos acordados al Programa de ERNC y el presupuesto de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética disminuyó en un 14%. En EE se carece de objetivos sectoriales precisos, ni se detallan instrumentos financieros y económicos e institucionales que avalen y/o garanticen las vagas promesas incluidas. No existen, como se advierte en las experiencias exitosas en países de la OCDE, instrumentos de monitoreo, ni obligatoriedad de compromisos de ahorro anuales. En ese contexto sellos, estándares mínimos de eficiencia energética (MEPs), mayor información y auditorías (nada nuevo), es claramente insuficiente y es continuidad de una política mínima e ineficaz frente a los desafíos estratégicos nacionales de desarrollo.  La experiencia mundial permite afirmar que, desacoplar el consumo de energía de su producto o de su producción, sin intervenir los mercados eléctricos por las barreras que existen en ese mercado, es tarea imposible. Peor aún, mientras el uso eficiente no sea tratado como una verdadera fuente de energía, la más importante de las fuentes de energía, ésta no aportará los “negawatts” necesarios para un desarrollo sustentable.

Cualquiera sea la opción tecnológica para responder a la creciente demanda eléctrica, necesariamente deben cambiarse las reglas de juego del mercado eléctrico chileno: el más vendo más gano prevaleciente por el mejor usamos la energía más ganamos todos. Mantener las reglas del juego  tal cual, es  no sólo un gran error sino una provocación. Los costos los seguirá pagando la gente, la Pyme y el medio ambiente. Un ejemplo: cambiar las reglas del juego significa incorporar las externalidades ambientales en los precios de la energía eléctrica. Acorde a fuentes especializadas de EEUU (Paul R. Epstein y otros, Full cost accounting for the life cycle of coal, ANNALS OF THE NEW YORK ACADEMY OF SCIENCES; Issue: Ecological Economics Reviews, 2011)e involucra a un conjunto de prestigiosas instituciones americanas y una británica[i], el impuesto al carbón en la generación de electricidad debería ser algo así como 15 a 17 veces de lo que hoy sugieren algunos asesores de las eléctricas en Chile. Tales magnitudes harían que en nuestro país las ERNC se volvieran más rentables y competitivas que todas las centrales térmicas a carbón previstas en el Plan de Obras. De este necesario cambio de la normativa nada dice la Propuesta.

Pequeños cambios de un modelo ineficiente como sugiere la Propuesta no sirve para los desafíos energéticos, de desarrollo y de cambio climático que enfrenta Chile. Al respecto, se debe señalar que la propuesta consolida una matriz eléctrica que aumenta aceleradamente su contribución al fenómeno del cambio climático.

Los verdaderos problemas y desafíos energéticos son soslayados, no reconocidos, postergados: la dependencia y vulnerabilidad de nuestra matriz, la pérdida de competitividad de nuestra economía, el sostenido crecimiento de precios y tarifas frente a las rentabilidades de las empresas energéticas, la crisis crónica del sector eléctrico (según propios dichos de conspicuos expertos del Gobierno y mercuriales por cierto), la elevada concentración, entre otros.

Esta (pretendida) mirada de largo plazo de parte de empresarios y de grupos de poder, excluyen los necesarios cambios y las verdaderas opciones en el sector energético en su conjunto: el hidrógeno, las celdas de combustibles, las energías renovables en todas sus expresiones, nuevos modelos de negocios y de gestión de la energía, la desconcentración de los mercados, la generación distribuida, la cogeneración, una nueva ENAP y sobre todo, la adopción de medidas que apunten a perfiles y estilos de desarrollo menos voraces en energía y agua. Una mirada de futuro exige además  compromisos serios en el ámbito de la investigación y desarrollo. Esa propuesta también lo omite.

En suma la Propuesta Energética Estratégica pareciera no ser, ni propuesta (modelo impuesto), ni energética (eléctrica) ni estratégica (asegura incertidumbre, vulnerabilidad, dependencia y precios cada vez más elevados). Usuario, ciudadano o rehén? A nosotros de decidir tal cual ha sido el rechazo a Castilla, Hidroaysén e Isla Riesco, y ojo la (n)opción nuclear.

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[i] Center for Health and the Global Environment, Harvard Medical School, Boston, Massachusetts. Environmental Science and Risk Management Program, Department of Environmental Health, Harvard School of Public Health, Boston, Massachusetts. Accenture, Sustainability Services, Philadelphia, Pennsylvania. Department of Community Medicine, West Virginia University, Morgantown, West Virginia. Wheeling Jesuit University, Wheeling, West Virginia. Post Carbon Institute, Santa Rosa, California. Boston University School of Public Health, Boston, Massachusetts. Kentuckians for the Commonwealth, London, Kentucky. Department of Pharmacotherapy, Washington State University, Spokane, Washington.
Seso, mentiras y termoeléctricas.

Miguel Márquez Díaz
Consultor en Energía
SEI Ltda.
miguel marquez diaz.blogspot
                                                                                                                     
          Hace unos días atrás, escuché a un par de ex Secretarios Ejecutivos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) referirse a la supuesta crisis eléctrica y justificar —a partir de ésta— Hidroaysén, la opción nuclear y evidentemente las termoeléctricas (cualquiera). Era uno de los coros de fondo que le faltaba a las empresas eléctricas y a los responsables de la política eléctrica del país —si ella existe— para justificar lo que viene. Los argumentos expuestos se debatían entre la pura y simple ignorancia hasta la destemplada desinformación o afirmaciones falaces. Y aparentemente están concientes de lo que hacen  -o más o menos- en su rol de consultores de mineras y de eléctricas, luego de haber sorteado más mal que bien un breve servicio en las salas y meandros estatales.

          En Chile, por lo demás, no tienen problema para decir una y otra vez lo que afirman, pues los medios carecen de memoria y de profesionales de la prensa suspicaces. ¿Alguna duda? Casi todos los altos funcionarios de la (supuesta) política energética, que jamás Chile ha adoptado, han sido los responsables de las sempiternas dificultades entre oferta y demanda eléctrica, de no contar con instrumentos adecuados para enfrentar la volatilidad de los precios del petróleo, del sostenido aumento de los precios de la energía y de un largo etcétera. No obstante, exentos de pudor, dan entrevistas en los medios explicando “la crisis” energética (léase eléctrica) y sugiriendo opciones. Veamos algunas de las mentiras (falacias, preciso).

          Chile—señalan— “requiere de más energía para crecer, pues somos un país en vías de desarrollo”. Falso. Chile requiere de usar mejor su energía, probablemente “energizar” ciertas actividades, pero no hay mejor ni más barato kW ó m3 que aquel que no se usa. ¿Quién lo dice? La experiencia de más de 30 años de países de la OCDE, es decir, los países desarrollados y ricos. Dicho sea al pasar, en este contexto no sé cómo conjugan OCDE, hoy socios nuestros, con nuestra condición de país en vías de desarrollo, en que se esmeran de catalogarnos expertos, consultores e industriales de mundo eléctrico nacional para justificar opciones tecnológicas caras y contaminantes (Hidroaysén, termoeléctricas, y ni qué decir la nuclear). Éstas,  si bien resultarán en pérdida de competitividad del país, aumento de la dependencia y de la calidad del medio ambiente, son excelentes negocios para las empresas eléctricas.

          Chile, se señala, “posee muchos pobres” y se requiere más energía para el desarrollo con equidad (lema acuñado durante la Concertación y que dejó en la antesala de la aprobación proyectos como Isla Riesco, Hidroaysén y cerca de una decena de termoeléctricas). Falso. Falsedad a medias en realidad. No menos del 70% del crecimiento de la demanda eléctrica se debe a la voracidad de la minería. A éstas les vale madre que siga aumentando el precio de la energía en el mundo (eléctrica y derivados del petróleo), pues al precio récord del cobre la energía se vuelve un dato cada vez menos relevante. ¿Y los pobres en este cuento? Pagarán cada vez más por la energía, aumentos de valor jamás asumidos por los esmirriados subsidios que prevén las reglas en juego.

          En un estudio que dirigí en 2008, demostramos que la participación de la energía en los presupuestos familiares pasó de 1,8 a 2% en el quintil más rico, y de 6 a casi 14% en el más pobre. Si a esos datos incluimos la leña —energético más usado en las viviendas chilenas, en promedio—, la participación ascendía a casi el 20%. Entre los años 1996–2006, el aumento en los precios de la energía se comió casi la totalidad de los aumentos en los ingresos de los sectores pobres. Y más lejos del centro, más cara es la energía. Y peor si perteneces a alguna etnia mapuche, huilliche, etc., pues tendrás menos acceso a la electricidad o sencillamente no la tendrás.  La verdad es que la cuenta de la energía en Chile y el sostenido aumento que éstas sufrirán en los próximos meses la pagarán las familias, las Pymes y el medio ambiente, como ha sido la tónica en estas tres últimas décadas.

          Una de las peores falacias de expertos y consultores regalones de eléctricos nacionales, tiene que ver con las afirmaciones respecto de lo que pasa en el mundo en general en materia energética y respecto de las alternativas tecnológicas y económicas que campean y lideran en las estrategias de los países desarrollados (incluyo a China). Pese a que en los medios nacionales afirman que son las termoeléctricas y las grandes hidráulicas, cuando no las centrales nucleares a fisión, las que se desarrollan en el mundo, la verdad es otra: no existe país de la OCDE que no posea como meta central de su estrategia energética al 2030 o 2050 —la energía requiere de esos plazos que Chile y sus autoridades desconocen pues están reñidas con las tasas de interés, por definición de corto plazo— medidas relacionadas con: el cambio en patrones de consumo, uso eficiente y conservación de la energía, centrales hidráulicas sustentables (< 100 MW), cambio en procesos (industria y minería), intenso apoyo a la cogeneración, fuentes renovables de energía, y créanme, una relativamente larga lista de opciones sobre la cuales los responsables de las empresas energéticas y autoridades en Chile ni siquiera balbucean.

          Para un real y verdadero despliegue de capacidades y recursos, no obstante, Chile está lejos, muy lejos, de recuperar terreno y adoptar opciones promisorias que configuren las bases de un verdadera política energética —¿habrá que decir por enésima vez que la electricidad sólo equivale a un 20% de la matriz energética?—. Cualquiera sea la opción tecnológica adoptada, de no cambiarse las reglas del juego de los mercados energéticos que propicia que paguen algunos y se embolsen las ganancias muy pocos —con sismo o sin él, con crisis o sin ella— nuestra competividad se verá paulatina pero certeramente disminuida, y nuestros ecosistemas sensiblemente deteriorados.

          Mal, decididamente, mal. El desarrollo del sector energético continúa descansado en el aumento sostenido de precios y tarifas, nula innovación e inversión en investigación y desarrollo en energía, un marco regulatorio que fomenta el circulo vicioso ventas/utilidad[1] favoreciendo el despilfarro, un mercado opaco, poco eficiente y concentrado.  A ello se suma la crónica falta de visión de los partidos políticos de la Concertación y la Alianza unidas.

          Las medidas anunciadas hace pocos días atrás para enfrentar una probable crisis de electricidad son tan viejas como la falta de creatividad de los responsables de la energía en Chile. La reducción de voltaje, el ahorro de electricidad impulsado por la propias eléctricas (¿?), apagar la luz, o desconectar aparatos por el consumo vampiro y otras joyitas como éstas, ya fueron implementadas en 1999, 2004, 2008, e incluso antes. ¿Y cuál fue el resultado? Chile se sigue debatiendo entre la dependencia y vulnerabilidad merced a la ignorancia de unos pocos, el lucro de unos cuantos, y la falta de seso de otros. Y ojo, la Concertación no alcanzó a privatizar el sol, pero algunos creativos de la Alianza buscan los recursos.



[1] Las distribuidoras eléctricas no son los agentes más indicados para impulsar los ahorros de energía, porque: “cada kW ahorrado reduce sus ingresos y utilidades”, según Alexander Galetovic, consultor de empresas eléctricas en años pasados y hoy consultor del Ministerio de Economía, en respuesta a una de las medidas adoptadas por la CNE, en el 2008, de permitir premio por ahorros de los generadores con sus clientes regulados, a fin de evitar posibles racionamientos. Más explícito no se puede ser. Segunda Online, p.17, miércoles 21 de febrero, 2008.