Nuclear?...no
merci!
(artículo escrito pocos meses después del grave accidente de Fukushima)
Y en
francés, porque el lobby de ese origen sumado a nativos sedientos de “pequeñas ganancias” por
los negocios asociados ha sido intenso aquí y en París en estos últimos meses
(2010). Pero la lista de un no rotundo a la opción nuclear debería ser en ruso,
en finés, en inglés. Y, hoy, deberíamos decirlo, con preocupación y tristeza,
en japonés.
Los
argumentos para un no rotundo a la opción nuclear en Chile eran y son
numerosos, contundentes, expresivos y convincentes. Un breve repaso de éstos debe
señalar que: el tema de los residuos no está solucionado (ver: “Nos déchets
nucléaires sont cachés en Sibérie – Nuestros residuos nucleares se esconden en
Siberia; Laure Nouhalht; 12/10/2009, Libération); su costo económico y
financiero la clasifica como la más cara de las opciones (el caso francés se
debe a razones estratégicas a costos inconfensables e incalculables, tal y como
el británico: 60.000 millones de libras esterlinas!!, el costo de manejo y almacenamiento
de residuos nucleares no pasados a tarifas!; ver: House of Commons: Environmental
Audit Committee; Six Report, 2006, citado por L. Valencia; Seminario
Internacional. “Sin petróleo y sin gas pero con Ideas”, Universidad Austral de
Chile, octubre del 2006); el desmantelamiento de plantas y confinamiento de
residuos exige vigilar a perpetuidad (si…a perpetuidad!); termodinámicamente es
mucho menos eficiente (32%) que una central a carbón (37%), menos que las de
ciclo combinado (55%) y menos aún que la opción eólica (ver: “Four Nuclear
Myths”; Amory B. Lovins, Director y Jefe Científico, Rocky Mountain Institute,
13 de octubre, 2009); cambiaríamos dependencia de hidrocarburos por dependencia
del uranio (más escaso que el petróleo); se trata de una tecnología obsoleta a
la que tendríamos acceso –restringido- y de costos crecientes (The New
Economics Foundation: Mirage and Oasis. Energy choises in an age of global
warming”, citado por Roberto Román, ¿Opción nuclear para Chile? U. de Chile,
2010). A ello puedo/debería sumar una larga lista de argumentos relacionados
con el supuesto aporte para combatir el cambio climático (mientras no se le
calcule la huella de carbono total y ecológica global!); es la menos
democrática de las opciones energéticas, la carencia de mercados adaptados para
dimensiones que requieren estas plantas, y hoy, se debe agregar lamentablemente,
las consecuencias asociadas al riesgo de accidentes nucleares en un país como Japón,
país sísmico como el nuestro.
Pero los
argumentos no bastan. Parlamentarios (algunos más lobos que otros), dirigentes
empresariales, ex funcionarios del Ministerio de Energía, empresas eléctricas, se empeñan en
convencernos que esta es la opción para cubrir la creciente demanda de
electricidad (voracidad de mineras e industria intensiva en energía), cuando la
realidad es que esta mega opción calza y se identifica plenamente con los
intereses de las grandes empresas eléctricas que con crisis o sin ella, con
sismos o sin ellos, acumulan y acumulan (Endesa-Chile obtuvo beneficios netos
de US$ 1.088 millones en 2010, emol, 27 de enero 2011), sin asumir los riesgos
-de todo tipo- que éstas significan.
¿Cómo se
explica que ante verdades tan evidentes de riesgos, costos económicos y
financieros, dependencia y vulnerabilidad del país y de la matriz eléctrica, se
siga pensando en ella? (Endesa to access AP1000 technology. Acuerdo con
Westinghouse para la venta de reactores nucleares a Endesa; World Nuclear News,
9 de marzo, 2011).
La
explicación reside en que las reglas del juego del mercado eléctrico chileno da
para que cualquiera sea la megaopción lo tendrán a Ud., a las Pymes y al medio
ambiente como cliente/rehén y que cualquiera sea el precio, lo tendremos que
pagar. Pero en el caso nuclear lo pagarán nuestros hijos, nietos y varias
generaciones más; salvo…salvo que se saquen las lecciones que corresponden de
este nuevo “accidente” nuclear. Podrán desplegar todos los recursos del mundo
(lo hacen), nucleares y eléctricas e incluso twittear que está todo “bajo
control”, lo cierto es que por primera vez en la historia, un país como Japón
con estrictas medidas de seguridad en la construcción y operación de plantas
nucleares ha tenido que declarar alarma nuclear (La Tercera, 12 de marzo, 2011)
y las consecuencias de la explosión de una de las plantas son incalculables (Reactor
de Fukushima. “Se amplia a 20
km el radio de evacuación: Japón niega que exista
peligro tras la explosión en la central de Fukushima”; europa.es; 12 de marzo,
2011). Ello permite afirmar sin ambigüedad alguna que los riesgos inherentes a
este tipo de reactores estarán siempre presentes y que las medidas tomadas
serán siempre claramente insuficientes.
Nuclear?, no
gracias! 核?ないおかげで!