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viernes, 7 de diciembre de 2012


Chile un país sin política energética
La urgente necesidad de cambiar las reglas del juego:
nuestra PROpuesta energética

Marco Enríquez- Ominami
Candidato Presidencial del PRO
Miguel Márquez
Asesor en Energía del PRO

(publicada en El Mercurio, domingo 2 de diciembre)

Chile carece de política energética: el rechazo a Hidroaysén, Barrancones, la judicialización del desarrollo eléctrico que denunciamos desde hace años, los 5 ó 6 Ministros en menos de 2 años y gas, el sostenido aumento de las tarifas eléctricas y de los precios de los derivados del petróleo; la declaración de zonas saturadas o latentes en más de una treintena de ciudades, entre la VI a la XI regiones, el aumento de la dependencia y vulnerabilidad de nuestra matriz y, el aporte creciente  de emisiones de CO2 al cambio climático, son parte de una larga lista de hechos que dan cuenta de la ausencia de política energética y de propuesta estratégica alguna. Esta falta de política energética no se transforma en colapso cada 4 años porque el costo de éstas las pagan las Pymes, la gente y el medio ambiente. El marco regulatorio, heredado de la dictadura y prácticamente inalterado durante los gobiernos democráticos, se ha encargado de consolidar(nos) como rehenes en lugar de consumidores o ciudadanos.

 
Proponemos: cambiar el más vendo más gano hoy imperante por el mejor usamos la energía más ganamos todos, cambiar el tarifado y procesos de formación de precios de la energía (incluyendo el SIPCO), el masivo fomento de las energías renovables (a diferencia del actual gobierno que desconoció sus propuestas iniciales del 20% a 2020), cambiar los métodos de evaluación ambiental de los megaproyectos energéticos, sentar las bases para un cambio de la matriz energética, sucia y cara, por otra limpia y menos vulnerable, y, finalmente, fomentar una participación informada de la gente en la toma de decisiones respecto de éstos. En suma, proponemos cambiar las reglas del juego de los mercados energéticos, única opción de enfrentar adecuada y oportunamente los desafíos energéticos, ambientales y de competitividad.

Nuestra propuesta tiene los siguientes objetivos: i) asegurar un abastecimiento oportuno y a costos razonables; ii) reducir la vulnerabilidad y dependencia; iii) mejorar la competitividad; iv) incluir y considerar los impactos ambientales en los precios de la energía; v) transparentar mercados energéticos y fomentar la competencia; vi) contribuir a la equidad y facilitar el acceso a la energía a los sectores desfavorecidos de la población, vii) estimular y fomentar la participación informada de la gente, y finalmente, viii) asegurar liderazgo del Estado y establecer una mayor simetría y coordinación entre políticas económicas, ambientales y energéticas.

Para el logro de estos objetivos destacamos las siguientes medidas:
1.                  Negawatts o Negajulios, más con menos: será punta de lanza de nuestra política energética, el uso eficiente de la energía y las energías limpias y verdes, de las que destacan la gestión de la demanda y especialmente las medidas de carácter estructural que apuntan al cambio en los patrones de consumo energético.
2.                    Suministro de energía seguro basado en energías convencionales y no convencionales:se establecerán los instrumentos de mercado y de política de fomento para asegurar la transición de una matriz sucia, cara y dependiente en el suministro de energía de fuentes convencionales a nuevas fuentes de energía que nos permitan instalar una matriz limpia y a costos razonables. Un 30% de la matriz energética al 2025 estará basada en energías renovables.
3.                  Programa de Leña Sustentable: que cubrirá al 2025 la mayor parte de los requerimientos de calefacción y agua caliente de las regiones VI a la XI. En 4 años lograremos desarrollar modelos de gestión de la calefacción y del agua caliente que permitirá sacar a la mayor parte de las ciudades y localidades declaradas zonas saturadas o latentes por partícula fina y gruesa derivado del uso de leña húmeda y de estufas ineficientes en viviendas mal aisladas.

4.                  Programa de Transporte  Sustentable: Nuestro foco estará puesto en el transporte público de la RM y de provincias. Al 2030, el transporte será el sector responsable del 40% del consumo de energía y nadie en Chile evalúa de manera rigurosa las opciones que tenemos, por ello sentaremos las bases  para el desarrollo de un sistema de transporte sustentable, fomentando proyectos pilotos a partir de nuevas tecnologías, modelos de gestión y de negocios, a partir de nuevas fuentes de energía, como el hidrógeno, así como la adopción de instrumentos de desarrollo urbano y espacial que considere la energía y el medio ambiente en los sistemas de transporte público y privado.

5.                  ENAE: Impulsaremos la creación de la Empresa Nacional de Energía que tendrá como objetivo esencial “abrir” mercados y desarrollar nuevas tecnologías y fuentes de energía para luego estimular la entrada de privados (Pymes).

6.                  Investigación y Desarrollo (I&D):  instalaremos condiciones sin precedentes para mejorar, crear y desarrollar nuevas fuentes de energía y nuevos materiales, nuevas miradas y nuevos modelos de negocios, mejores y más transparentes mercados así como personal científico y técnico para el desarrollo de estas nuevas opciones.

La experiencia a nivel mundial, en especial de los países de la OCDE, dan cuenta que las verdaderas y más eficientes respuestas a los desafíos energéticos y ambientales no se encuentran necesariamente en una mayor oferta de energía, sino en el tipo de ciudades que alentamos erigir, en las construcciones térmicamente eficiente que propiciaremos, así como los cambios de procesos que fomentaremos a nivel industrial y minero. No habrá cambios en las reglas del juego en los mercados energéticos nacionales sin cambio de responsables de la política energética que luego de más de 40 años, han sido incapaces de asumir responsablemente los desafíos ambientales, de desarrollo, de equidad y de competitividad que reclama una energía limpia, accesible, segura y de costos razonables.