Buscar este blog

jueves, 13 de septiembre de 2012

EL SIPCO Y LA LÓGICA DEL ARREGLO DE ESTANTERIA.
Miguel Márquez Díaz
energiainteligente Ltda.
http://eneenergia.blogspot.com
El Congreso aprobó el cambio al SIPCO. Se impone la discrecionalidad en el manejo del instrumento de Protección al Consumidor al Precio de los Combustibles. Monárquico. Falaz.  En su esencia se impone el cambio de estantería (a lo Parisi) para solucionar problemas estructurales. La decisión es pan para hoy y precios altos para mañana. Es cosa de semanas, meses en el mejor de los escenarios, pues el crudo se agota y su precio aumenta. Por cambio de estantería me refiero a que se cambian los márgenes de precios (mínimo y máximo) de 12,5% a 10% y reduce la vigencia mínima del período de promedio del precio de paridad de importación, de 3 meses a 4 semanas. En claro: el mecanismo operará según la voluntad de Hacienda y de los partidos de la Alianza y pondrán para ello un poco más de dinero para el subsidio al precio.
Lo que no se dice es que: 20% de la población seguirá pagando el grueso del impuesto específico; que una pequeña parte de ese 20% recibirá un bono con fuerte olor a electoral; que los grandes consumidores (mineras, navieras, forestales, etc.) podrán continuar recuperando buena parte del impuesto.

Y aunque Ud. no lo crea se trata de un impuesto a la energía. Pero de verdad los cambios acaban de consagrar que de energía no tiene ni enfrenta nada: los aumentos seguirán a un ritmo, probablemente más o menos pausado, según deseen los grandes productores/consumidores de crudo; la carga tributaria la seguirá pagando Ud y yo, el colectivero y el camionero, y seguirán siendo exentos los grandes consumidores; se seguirá importando crecientemente petróleo y derivados sin entregarse señal alguna de moderar/ahorrar energéticos de los que carecemos. ¿Cómo conciliar esto con los alarmantes llamados de dirigentes empresariales energéticos y mineros particularmente, ante la pérdida de competitividad del país por el costo de la energía? Señalo que el consumo de petróleo y derivados en términos físicos es más del 50% del consumo energético del país, ó 2 a 3 veces más que la electricidad!

¿Y de ambiental que tiene este arreglo de estantería? Nada. Se mantiene el “subsidio” a combustibles contaminantes y se entregan bonos con un costo social y ambiental elevado. El Congreso y el Ejecutivo, ambos, han sido consecuentes con lo que ha sido su línea en estas últimas décadas: ineficaz y corto placista desde el punto de vista energético, inequitativo desde el punto de vista social y regresivo en términos ambientales. Uff! Por lo menos existe la Corte Suprema, quien lo diría!
Y para los de espíritu crítico vean nuestra propuesta en mi blog: GEPCO + FELPAS. La alternativa existe y es buena para todos.