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lunes, 13 de mayo de 2013


“Si gritan lo devuelvo…”


Los casos son numerosos, abrumadores, indignantes. Las tasas hipotecarias, las tarifas eléctricas, los precios de la bencina, parafina y del diesel, de las alzas en el pago a las isapres, Johnson, del lucro en la educación. Lo arbitrario, lo unilateral, el abuso se ha impuesto y nos ha consagrado, como rehenes. El correlato de todas esas arbitrariedades y constataciones es el sostenido aumento de las rentabilidades de las empresas dueñas del PIB y el IPSA se porta bien.

La concentración económica chilena permite y facilita aquello: dueños de casi todo el PIB chileno -productos y servicios- poseen a la vez los medios de difusión pudiendo de este modo hacer parecer normal, lo anormal, acallar voces, reclamos, verdades, relegando a las redes sociales a cualquier irreverente mirada distinta. En ese contexto no extraña el que la televisión abierta opte por acosar a Cristóbal (Cisarro) y no a Awad o Paulmann.

En tiempos pre-electorales algunos candidatos intentan sugerir con cierto desgano, recuperar el rol de consumidor activo ya que aparentemente, es la solución a los abusos; pero se trata de alivios momentáneos  como son las campañas y propuestas de ciertos candidatos: nada sacas con bajar la tasa de interés (en educación por ej.) pues las controladores del mercado y las instituciones (incluso cuando funcionan!) tienen numerosas opciones para continuar trasgrediendo umbrales económicos, morales y sociales; ya sea alargando plazos o bancarizándote por otros medios como sugieren ejecutivos bancarios. Y si estas otras opciones no resultan, y si alguien grita, pues como se ha hecho costumbre, lo devuelven.

La opción es no sólo recuperar la condición de consumidor activo y responsable sino recuperar nuestro rol de ciudadano. Como se ha logrado a través de marchas contra Hidroaysén o contra el lucro en la educación y cuyas reivindicaciones hemos hecho nuestras. No es un tema de tasa de interés. Hidroaysén no es manera de tratar nuestras cuencas, la Patagonia y la tierra, y peor aún ni siquiera es solución a nuestros problemas energéticos; y la tasa de interés NO conjuga con una educación de oportunidades y republicana.

Es anormal e inaceptable el que los sectores que "entregan" servicios básicos o públicos, sean los "más rentables": electricidad, aguas, salud, telefonía, etc. En el Chile actual si lo es. Se trata de tarifas reguladas por el Estado al menos para el sector residencial, nuestros hogares. Es el caso de la energía en que el aumento de tarifas eléctricas (5,5% al año) y gasolina, parafina, gas licuado y diesel (por sobre el 10% al año) en estos últimos 30 años supera largamente el aumento de los ingresos nominales en el mismo plazo.

La práctica del abuso de parte de los dueños del PIB chileno se ha impuesto como norma con la complicidad de la Alianza y la Concertación. La transversalidad de los directorios de las empresas dueñas del PIB es fiel reflejo de ello. Más allá de campañas pre-electorales, nuestra candidatura plantea que deben cambiarse las reglas del juego para terminar con el "si gritan lo devuelvo", que ha sido la respuesta a décadas de abusos por parte de los sectores económicos dominantes y de políticos cómplices.

Chile es un país generoso. Sin embargo, la codicia y el dogmatismo lo están transformando en una sociedad de mercado benéfica para unos pocos. Lucharemos con todas nuestras fuerzas, para impedir que Chile se transforme en un supermercado, excluyendo a los ciudadanos donde todo pareciera tener un precio o está en venta.